NADIR

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Camino a oscuras por un largo pasillo. Se que es un pasillo porque puedo sentirlo con las palmas y se que es largo pues ya antes he caminado por entre estas paredes.

Luego de mucho mover un pie delante del otro, llego a un claro. Hay una chica bajo la luz. Tiene el pelo suelto del color de la cáscara de las castañas y unos ojos duros color miel.

La reconozco. ¿Cómo no hacerlo? Es el amor de mi vida.

Quiero ir hacia ella. Que me dirija la mirada, que me abrace, más realizo que no está sola. Todas las noches realizo que nunca esta sola.

Hay alguien a su lado. Alguien sin rostro, sin huella, alguien indescubrible.

Se besan frente a mi como si yo no estuviese ahí. Y Saskia sonríe. Sonríe como yo nunca antes la he visto sonreír.

Es ahí cuando alzo la pistola. Nunca se de donde he sacado una pistola, más jamás me detengo a pensarlo. Apuntó y disparo y la persona desconocida se desploma sobre el piso. Sin sangre, sin dolor, sin nada.

El resto pasa muy rápido; subo la mirada a Saskia, ella no me mira. De la miel de sus ojos ruedan cuerpos de abejas que se derriten por sus mejillas y, al torcer por su barbilla, se animan y vuelan furiosas y zumbantes hacia mi.

En este punto es en el que me doy vuelta y hecho a correr por el pasillo oscuro.

Siempre tengo al esperanza de poder llegar a desde donde salí. Saber de donde provenía, más las abejas siempre me alcanzan antes.

Me pican, me destrozan la piel. No puedo ver nada más siento ese horrible dolor agudo cubriendome todo el cuerpo. Grito, me sacudo, me arrastro, más nada sirve, soy presa de las abejas.

Me despierto de golpe. He soñado tantas veces este sueño que ya ni me inmuto.

Al principo, me volvía loco. Estaba convencido de que Saskia me engañaba, que quería a alguien más que a mi. Me esforzaba en darle facciones a esa persona desconocida. A cualquiera que le hablara, le hacía calzar en esa posición.

Mas todo eso cesó cuando, en alguna de mis rabietas, Saskia me cortó: "¿Para qué estaría contigo si me gustase otra persona?"
Ahí caí en cuenta de lo ridículo de mi paranoia y lo dejé pasar. Mas todas las noches sueño el mismo sueño y la persona desconocida sigue siendo una incógnita.

Es por eso que, aunque he dejado de ser celoso, siempre trato de cuidarla, de llevarla de la mano, de cubrirla con mis brazos, de saber que es mía y está bien.

Quiero tanto a Saskia...que mataría a cualquiera que la quisiese solo para él.

¡Se ha encontrado un cadáver! [Yaoi/Yuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora