Bulletproof Love✧ KookV.

✧Bulletproof Love.

N/A: Lo prometido es deuda... Poseéme llegó a 350k leídas y aquí está la fic de la que tanto os hablé a muchas... Mi pequeño deseo y mayor miedo al mismo tiempo. Nunca me había aventurado con la trama de acción, a pesar de que tenía muchísimas ganas, y se trata de una fic que lleva casi cinco años rondándome la mente... Pero, como he escrito más arriba, me daba (y aún me da) miedo fracasar en una nueva trama y nunca me atreví, hasta que las maravillosas personas a las que les he hablado de esto me han llenado de valor para hacerlo, y aquí estoy xD

Capítulo dedicado a las chicas de 'House of Taekook Cards', a Bambi y a Hana ♡♡

Espero que os guste mucho, porque es algo que a mí me emociona mucho, y que me gustaría seguir si es posible, os adoro con toda mi alma, de verdad!! 

[...]

TaeHyung aspiró el humo de su cigarro, admirando la noche caer en tonos oscuros y acomodándose mejor en la silla. El ambiente era húmedo, fresco y demasiado silencioso. Al TaeHyung de hace unos meses le hubiera agobiado terriblemente el simple hecho de no oír nada más que el sonido del viento silbar, y posiblemente se hubiera hecho bolita en la silla por el frío calando sus huesos. Pero a este TaeHyung no le importaba ya. Le daba igual el silencio, y era inmune al frío porque ya no sentía nada.

La luz del patio era ínfima, únicamente alumbrado por dos bombillas pobres pegadas estratégicamente en el muro. Eso había sido obra de Yoongi, tres años atrás. Porque era el lugar favorito de TaeHyung en ese entonces, y odiaba la oscuridad.

Ahora la oscuridad era su casa, y este sitio... Su mayor cárcel de recuerdos.

Apartando la mirada del cielo que se cernía ante él, mientras brotaba el humo del cigarrillo por la nariz, el ahora peliplateado se fijó en las manchas color granate del suelo. 

¿Sería su sangre, o quizás la de sus otros compañeros? No sabía, no tenía la más mínima idea. Y tampoco era como si quisiera comprobarlo. 

Lanzó furiosamente el cigarro al suelo, pisándolo con la suela de su zapato y tratando de recobrar la respiración, su pecho moviéndose de manera errática conforme los recuerdos azotaban su mente, flashbacks yendo furiosamente hacia él y haciéndole apretar los puños cuando su herida punzó. 

Los recuerdos de ese día no salían de su mente. Gritos, disparos. Dolor y lágrimas. TaeHyung jamás olvidaría ese día, en el que todo dio un terrible giro que lo dejó mareado, tumbado en el suelo con un agujero en el estómago y medio ahogado en el charco de su propia sangre. El día en que perdió a sus compañeros, a su familia. El día en que la persona a la que una vez le confío su propia vida lo apuntó con un arma, dispuesto a privarlo de ella.

Kim juntó los labios, entrecerrando los ojos mientras que observaba la herida a medio cicatrizar de su estómago, siseando con los dientes apretados cuando pasó los dedos por ella.

"Querías mantenerme con vida para que nunca lo olvidase, ¿cierto?" habló para sí mismo, siseando antes de taparse nuevo la herida. "Puedes estar tranquilo, Jeon Jungkook... Yo nunca olvido" 

Cuando los golpes en la puerta que quedaba a sus espaldas sonaron, TaeHyung colocó un rostro serio antes de girarse y encarar al señor Park, que lo observaba con el ceño fruncido por su forma tan brusca de darse la vuelta.

"¿Estás preparado, muchacho?" cuestionó, a lo que el castaño asintió. 

"Siempre lo estoy" reafirmó, cruzándose de brazos y caminando hacia él. 

Trataba de verse impasible porque no podía dejar que nadie viera cuanto le afectaba lo que había ocurrido hace sólo seis meses atrás, nadie podía darse cuenta de que le fastidiaba en muchos sentidos más a parte del obvio; que había perdido a su familia, a aquellos que lo acogieron cuando estaba perdido y le dieron un hogar. Y muchísimo menos saber que la persona que había ocasionado toda esa jodida masacre, era alguien con el que se había involucrado sentimentalmente.

"Respuesta correcta" señaló el Maestro, haciéndole una señal para que le siguiera al interior del lugar abandonado, con una mirada que indicaba reprimenda inminente. "Será mejor que entres, TaeHyung, nadie sabe que estás vivo y es mejor que sea así. No queremos que te vean, ¿Cierto?" 

Rodando los ojos, el castaño hizo lo pedido, adentrándose al edificio en ruinas. Miró a su alrededor, arrugando la nariz y sintiendo unas terribles ganas de vomitar, su estómago revolviéndose con sólo mirar lo que le rodeaba. Aún había sangre seca en el suelo, trozos de cristales rotos y ladrillos destruidos. Cerró los ojos, respirando hondo y volviéndolos a abrir para clavar la vista en el Maestro.

"Ya no soy TaeHyung, Maestro." le recordó con un pequeño bufido, a lo que la mirada del hombre fue aguda.

"Hasta dentro de tres días sigues siéndolo, así que es mejor para ti no marearme con tu falsa identidad." avisó, señalándolo con un dedo antes de girarse y caminar por el estrecho pasillo hasta la pequeña guarida de entreno. 

Entendiendo la segunda señal, Kim caminó detrás del hombre, sus brazos cruzados y la mandíbula apretada. "Pero TaeHyung está muerto" escupió, y el Maestro se giró cuando ambos entraron en la habitación, llena de útiles para ejercitarse, mirándolo de arriba hacia abajo.

"Pues yo te veo muy vivo para estar muerto" respondió, con esa cara de póker que tanto lo caracterizaba, encogiéndose de hombros. Y TaeHyung apartó la mirada, bufando una vez más. 

El Maestro le veía muy vivo por fuera, pero era porque no tenía ni idea de lo muerto que estaba por dentro; destruido a más no poder, pieza a pieza demolida.

"Deja de quejarte y vamos a empezar por lo que de verdad importa: «¿Qué vas a hacer cuando lleguemos a la capital?»"

Sólo entonces, TaeHyung volvió a conectar sus ojos con los del Maestro, que se volvieron oscuros al instante de escuchar la gran pregunta, la mayor de las incógnitas y la razón por la que todo esto había comenzado. Por la que había aprendido a coger un puto arma, esquivar una bala y dejar K.O a cualquier desgraciado de sólo un golpe. Por lo que todo había comenzado a cobrar sentido de nuevo tras la tragedia.

"Vengarme." fue todo lo que TaeHyung escupió.