Odio que seas mía los fines de semana, de viernes a domingo únicamente.
Desearía despertar contigo un lunes y que me invites un café, quiero ver tu cara amargada, quiero verte maldecir por el maldito lunes. Quiero verte en estado puro, en estado tú.
Estoy cansado de tu sonrisa sincera un viernes y tus buenos deseos a todos un domingo o un sábado.
Quiero verte por ejemplo un martes, cuando aún la amargura del lunes te tiene atrapada. Quiero saber qué piensas cuando ves la fila para tomar el bus, a cuantos matas en tu cabeza por ganarte el asiento.
Quiero saber cómo eres en realidad, como eres cuando estás celosa, como lo disimulas.
Quiero encontrarme contigo un miércoles en el cine o comprando algo de ropa, quiero ver tu expresión cuando miras a las demás chicas y en tu mente las haces feas y les arruinas su vestido. O simplemente mirarte cuando ves una película, mirarte como estás con la boca abierta, con migajas de lo que comes en tu ropa, mirarte siendo tú.
Quiero pararme frente tuyo y ser tu espejo cuando te quites lo que no eres, tu pestañas, tu maquillaje y tu labial.
Sin duda eres hermosa porque te he visto sonreír y no parece que necesitaras kilos de polvo en tu cara para hacerlo.
Sonríe sin labial, hazlo con el corazón.
Que tu cara refleje el cansancio de tu día a día, que vean que te esfuerzas y que las ojeras son tu diez sobre diez de la prueba de ayer.
Ya no quiero un viernes, un sábado o un domingo. Desde ahora sí me invitas un café, que sea un lunes, uno lluvioso, por favor.