La curiosidad le dio poder al gato.

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Brook salió por la parte trasera del colegio, escalando rocas verdosas y sujetándose a ramas y troncos secos, al salír de la propiedad de la escuela llego a una carretera donde había una parada de autobús que llevaba al centro, Brook se sentó a esperar el próximo autobús.
Después de diez minutos subió a un autobús con el número siete, se sentó cerca de la ventana y miraba árboles húmedos por la temporada, sujetaba con mucha fuerza su mochila donde cargaba con un poder siniestro. El autobús hizo otra parada y subió un señor canso, con barba, bestia un traje y llevaba un maletín, ella esperaba que se sentara en otro lado pero se sentó a su lado, ella resto importancia, mientras no la molestara no se enfadaría.
Después de un tiempo ella se quedo dormida, el paisaje era arrullador, Brook sintió la pierna caliente, poco a poco fue abriendo los ojos y el señor a su lado le frotaba la piel bajo su falda mientras el movía las caderas en su asiento y emitía extraños ruidos desde su garganta, parecía un gato maullando.
-¡¿qué demonios esta haciendo?! - grito Brook mientras apartaba su mano de un golpe, el señor parecía fuera de sí que coloco su mano por segunda vez en la pierna de Brook - ¡aléjese!
Brook empujo su mano y golpeo al Señor en el rostro, este la tomo de la muñeca y la jalo para que regresara a su lugar, el chofer escucho el problema y paro el autobús, Brook seguía forcejeando con el señor para que la soltara y fue tan fuerte que dejo caer el maletín al suelo esparciendo todas sus pertenencias, la rubia las levantaba y las arrojaba a su rostro, tomo la cartera y estuvo a punto de arrojarla cuando llego el chófer del autobús y la ayudó.
Brook bajo del autobús con los gritos del chófer en su cabeza y comenzó a caminar sin rumbo, era claro que era una maldita puerta, pero ella incluso conocía límites, una persona debería escoger por quienes quiere ser tocado, aunque esas personas sean la peor escoria que existe, pero es una decisión que uno mismo tomo.
Cuando se tranquilizaron sus nervios pudo ubicar donde se encontraba, a una cuadra se encontraba el centro comercial de la ciudad, ella entro y busco los baños, una vez dentro lloro, vacío su estómago y se lavo la cara, fue ahí donde se dio cuenta que tenía la billetera del hombre, furiosa la lanzo contra la pared provocando que identificaciones y efectivo saliera de ella entonces recordó la libreta, la dichosa Death Note.
La saco de su mochila junto con una pluma y escribió el mismo nombre de la identificación, visualizo el rostro y redacto:

Morirá atravesado por varios cristales de un ventanal que caerá del techo, perforando cada arteria del cuerpo y morirá desangrado en menos de medio minuto.

-como si esto fuera a pasar - sonrió decepcionada.

Guardo la libreta y salió del baño con la billetera en la mano, al menos disfrutaría el dinero del bastardo.
Al salir lo vio, el maldito se encontraba de pie cerca de la fuente decorativa del centro comercial, y en un minuto el ventanal del traga luz cayó sobre él, su cuerpo fue aplastado, un mar de sangre cubrió su cuerpo rápidamente, varios cristales se encontraban enterrados en su carne de la cual salia bastante sangre, de su garganta emitía extraños sonidos que cesaron en menos de medio minuto.

No era posible, eso no era posibles, todo lo que Brook escribió se hizo realidad, no se lo podía creer, regreso de nuevo al baño y respiro profundo.

Eso no estaba pasando, eso no era realidad, eso era un sueño. Despierta. Se gritaba ella misma.

-esto no es suficiente, debo hacer otra prueba, esto no prueba nada, pero ¿quien?

En la heladería todos usaban una identificación a la vista, seguro podía sacar un nombre de ahí pero antes de pensar a hacer lo planeado llego la policía al baño.

-Señorita. Demonios. Pensó ella.
-tiene que desalojar el centro comercial por favor .
-claro, claro.

Busco en la ropa del hombre algún nombre, pero no encontró nada y le pidieron, desalojo la plaza. Ya encontrándose fuera tomo un taxi y le pidió que la llevara a los condominios más exclusivos de la ciudad, su casa.

-¿qué sucedió en la plaza señorita?
Pregunto el hombre.
-hubo un accidente con un cristal que mató a un hombre.
-dios mio, ahora es tan fácil morir como encender la televisión.
-¿verdad que si? Y por cierto ¿cual es su nombre?
-mi nombre es Carlos a su servicio señorita.
-muchas gracias.
Saco la Death Note de su mochila y escribió:

Carlos llegara a la calle 722 de la avenida San Luis en los Jardines y morirá de un para cardíaco.

Todo mientes visualizaba el rostro del hombre, aunque era extraño, Brook vivía a dos cuadras de ahí, pero ella lo había escogido así porque en esa calle había varias casas deshabitadas y nadie la vería bajar del taxi.
Ya cerca del lugar comenzó a sentirse ansiosa y cuando llegan a la dirección. El hombre presionaba con fuerza su pecho y gritaba por ayuda, le pedía a Brook que llamará por una ambulancia y murió.
Brook alterada salió del taxi y corrio hasta su casa.
Una mansión impresionante, como todas ahí, abrió la puerta lo más rápido y corrió a su habitación donde se encerró, aventó la mochila al suelo y comenzó a caminar de un lado al otro.

-no lo puedo creer - dijo mientras pasaba sus manos por su cabellera larga - esto si funciona, esto es real y es mió, solamente mió, seré el demonio con esto, sacare de la tierra a todo el que me irrite y nadie sabrá que fui yo.

Había comenzado a perder la razón con el poder que la curiosidad le había dado a ese gato y solo con preguntar su nombre.

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Todo lo que provoca ver tantas series policíacas.

Recuerden, sí les preguntan sus nombres. Mientan.

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Yo Soy La Nueva KiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora