Capítulo único.

2.8K 460 213
                                    

-Luxación de dedo ¿eh? -El profesor de educación física observaba el papel que le había dado Jimin hace unos segundos.

-Sí, me lo torcí hace unos días mientras jugaba básquetbol con unos amigos -explicó despacio, tocando el lóbulo de su oreja mientras se balanceaba de un lado a otro-. El médico me dijo que no debo mover demasiado la mano.

-¿La semana pasada qué fue, un resfrío? -río con sequedad. Guardo el papel en el cuaderno que sostenía en sus manos a la vez que negaba con la cabeza-. Parece ser que la desgracia te persigue, Park. Ya, ve a descansar a la enfermería.

Jimin hizo una gran reverencia y se marchó a paso agigantado del enorme gimnasio. Apenas salió de allí, soltó todo el aire que había estado conteniendo durante toda la charla con su profesor. Si hubiera un ranking mundial de los peores mentirosos, él estaría en el top 10.

De camino a la enfermería se dedicó a limpiar el sudor que caía por su frente. Al llegar, se encontró con una conocida silueta apoyada sobre la pared observando la pantalla del celular con bastante interés.

-¿Dolor de cabeza de nuevo, señor Jeon? -mencionó con un deje de ironía cuando estuvo al frente de él.

-Oh, pequeño Park, ¿Qué le ha pasado a su mano? -contestó siguiéndole el juego.

Jimin levantó su mano izquierda mostrando la férula protectora que cubría sus dedos índice y corazón y se encogió de hombros.

-Cosas que ocurren, ya sabes. En fin, ¿me harías el honor de acompañarme a la azotea para tomar aire fresco?

-Cómo podría negarme, joven. -Realizó una reverencia demasiada exagerada que le causó gracia a Jimin.- Pase usted primero.

Sin que nadie los descubriera, llegaron a la pequeña terraza del instituto.

Ni bien Jimin cerró la puerta tras de sí, unos brazos rodearon con fuerza su cintura.

-Te extrañé -murmuró Jungkook contra su cuello, depositando un pequeño beso en su piel.

-Pero si nos vemos todos los días, bebé ¿Qué dices? -bromeó.

Tomó las manos de Jungkook entre las suyas, entrelazando sus dedos con suavidad. Su cabeza se apoyó en el hombro del contrario, dejando sus rostros frente a frente. Jungkook le ofreció una tímida sonrisa que no llegó a sus ojos, tenían un matiz de tristeza.

-Sabés a lo que me refiero.

Sí, Jimin sabía a lo que se refería. Pero no deseaba hablar de eso, quería disfrutar el poco tiempo que tenía con él.

-Esta cosa es muy molesta, eh.

Comenzó a quitar la férula de su mano intentando cambiar de tema y así persuadir a Jungkook, quien siempre se lamentaba por ser el culpable de lo ocurrido. Jimin sólo quería que se olvidara de eso por un momento y hacer lo que estuviera en sus manos para hacerlo feliz. Después de todo, era su deber como mayor proteger a su pequeño niño.

Luego de quitársela, volvió a tomar la mano de Jungkook y lo arrastró hacia un rincón de la azotea, tomando asiento en el suelo y apoyando sus espaldas contra la pared.

-El profesor ya está comenzando a dudar de mis excusas -comentó mientras quitaba un mechón de pelo del rostro de Jungkook-. Oh, tu ojo se ve mucho mejor, ya no está tan morado.

-¿Cierto? Ya no seré el chico malo del colegio -hizo un puchero fingiendo limpiar una invisible lágrima de su rostro.

-Uh, cállate -intentó mostrarse molesto pero su boca se torció en una mueca de gracia-. Odio los rumores tontos que hacen tus compañeros.

p.e. class + jikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora