Esta podría ser fácilmente la comida mas incómoda que de todas. Todos comían en silencio, los niños se habían marchado a ver la TV, Ashton y Harry estaban a punto de matarse con las miradas y creo que la única persona que estaba sufriendo a parte de mi era Edward, quien parecía estar igual de incomodo que yo.
-Así que dime Harry ¿Qué se siente volver aquí después de tanto tiempo? Digo, debe ser complicado enterarse que tienes dos hijos y que ellos la única imagen paterna sea otra persona - Me atraganté con mi jugo, casi lo escupo por toda la mesa y al parecer Edward fue el único que en notarlo, ya que los otros dos chicos estaban tan sumidos en su conversación que habían olvidado que había más gente alrededor.
-Se siente bien, ahora tuve un gran motivo para volver. Y no me preocupa mucho eso, ya veras que en una semana me dirán papá - Ese había sido un golpe bajo para mi. La única razón por la que Harry volvió fue por sus hijos y no por mi. Que estúpida soy.
-¿Y tu piensas que llegando después de todo este tiempo te convertirá en el papá del año?- La mandíbula de Ashton estaba apretada, los músculos de Harry estaban tensos. Ambos tenían una posición en espera del ataque.
-¿Y tu te crees el "Súper papá"? ¿Crees que con llevarte bien con MIS hijos podrás quedar bien con Diana?¿Crees que podrías darle una buena vida a ellos con esa banda de porquería?- Mi sangre comenzaba a hervirse y me palpaba la mano por querer golpear a Harry. Se estaba comportando como un verdadero hijo de puta y lo único que conseguía era que todo lo lindo que pensaba de él se fuera a la basura.
-Al menos los niños me quieren como a un padre-
Y esa fue la gota que rebalsó el vaso. ¿Quién diablos se creían que eran para venir a mi departamento a hablar esa cantidad de estupideces como si yo no estuviese o como si no me hiciesen sentir mal? Me levanté captando por fin la atención, fui directo a buscar a mis hijos y los metí a la camioneta ignorando los gritos de los hombres dentro de mi departamento.
Yo no era juguete de nadie y mis hijos menos, pueden irse al demonio si piensan lo contrario, o mejor aún, podría irme al demonio yo.
Llamé a Taylor para juntarnos y pasarle a los niños, dejándolos en las mejores manos posibles y a toda marcha me fui a perder a la playa, la hermosa playa de mi California.
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A medida que pasaba el tiempo notaba que la marea iba bajando y que la brisa pegaba cada vez mas fuerte contra mi piel. El sol comenzaba a ocultarse y el frío empezó a apoderarse de mi cuerpo. Una mano se posó en mi hombro derecho, provocando un leve salto de sorpresa. Saqué mis audífonos y me giré a ver quien era la persona que había interrumpido mi paz.
Sus lindos ojos me miraban sorprendidos, como si fuese imposible la idea de encontrarnos en la playa. Su sonrisa seguía siendo igual de coqueta que la primera vez que lo vi en la tienda de telas. Su cabello lo mantenía bajo un gorro gris que le hacía lucir un aire de chico malo en su cara.
-¿Me estás siguiendo?-
-No, solo acostumbro a pasear por la playa a estas horas y te vi aquí sola. ¿Estás esperando a alguien?-
-En lo absoluto- Sonreí sinceramente.
-Entonces aprovechando que estas aquí...¿Que te parece si te invito a dar un paseo? Puedo comprar helados- Reí negando con la cabeza. No es como si tuviese que hacer algo en específico y en ese momento creí que sería la mejor forma de despejar la mente, así que acepté su invitación y caminé con el a orillas de la playa con ahora aguas rojas por el atardecer.-¿Tienes novio?-
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Embarazada de mellizos ~ Harry Styles
FanfictionTaylor me entrega el test pero mis manos están temblorosas y sudadas, por lo que me cuesta cogerlo. Creo que nunca había estado tan nerviosa en mi vida. Edward tiene su mirada pegada al objeto que ahora sostengo en las manos y se que él esta igual d...