Sus palabras fueron determinantes en el resto de la noche. No pude volver a pegar ojo. Me preguntaba si realmente era verdad todo lo que me decía.
<<Te llamo después de las clases>>
El día se me estaba haciendo eterno y todo se debía a él. Salí de mi última hora y me fui a mi habitación, pero por el camino paré a comprar algo de comida. Al llegar encontré una nota encima de la cama.
Piensa en lo de anoche,
Steven."Llevo pensando en ello todo el día Steven", me digo a mí misma. Tengo que hablar con él sobre lo de entrar a mi cuarto.
Me doy una ducha rápida antes de ir a casa y ayudar a Lauren. Al salir, me encuentro a Steven tumbado en mi cama.-¿Se puede saber qué haces aquí?
-Esperar tu respuesta-me dice tranquilamente.
-Si no te molesto demasiado, me gustaría que te fueras. Tengo cosas que hacer.
-Lo sé, tienes que ir a tu casa. ¿Quieres que te acerque? He visto que coche tienes y no me sorprendería que te quedases tirada a mitad de camino.
-No hace falta, funciona perfectamente.
Se levanta y se acerca lentamente a la puerta del baño. No sé qué hacer, si correr o encerrarme en el baño. Lo segundo me parece una estupidez y sé que si me pongo a correr no voy a tener escapatoria. Me quedo quieta, en un estado de pasividad. Se para a centímetros de mí y me coge la barbilla para mirarlo. Levanto la cabeza y observo sus ojos color esmeralda. ¿Cómo no me había fijado antes?
-¿Ahora me vas a dar la respuesta o tengo que besarte para que me hagas caso?
¿Qué? No va a besarme, no quiero... ¿O sí?
-Esto... Steven, no es el momento. Quizá podríamos hablarlo otro día. Yo ahora me tengo que ir, no puedo...
No logro terminar mi frase porque me coge en brazos y me besa. Me sujeta por la cintura y me pega contra la pared. Enredo las piernas alrededor de su torso y las manos en su cuello y me dejo llevar.
No sé cuánto tiempo estamos así, pero de repente para y me baja.
Mi respiración se corta de inmediato. Joder, ¿por qué me ha besado?-Contéstame.
-Yo, esto, Steven, deberías irte... Ya te dije que no es el momento.
Y se va. Cierra la puerta de un golpe y me deja sola.
Me siento un segundo en la cama y pienso en que ha pasado. ¿Por qué ha tenido que besarme? ¿Por qué me ha gustado? ¿Por qué ahora mismo me siento como una mierda?
Mi teléfono vibra y me saca de mis pensamientos.-Hola Azalea, ¿cuándo vienes cariño? Tu hermano te está esperando-me dice Lauren al otro lado de la llamada.
-Ahora salgo. ¿Necesitáis algo?
-No, no te preocupes. Ya he hecho la compra.
Al llegar a casa Ian me recibe con besos y abrazos. Después de pasar un rato con él, ayudo a Lauren y la pregunto por su salud. Últimamente me estoy preocupando, realmente no quiero que la pase nada. Ella ha notado esa cercanía y sé que aprovecha para poder acercarse más a mí, aunque lo tiene difícil.
-¿Qué tal las clases? ¿Tienes problemas en alguna asignatura? ¿Necesitas ayuda?
-No, gracias, ya sabéis que me va bien.
-¿Y los compañeros? ¿Has hecho amigas?
-He conocido a unas pocas personas y ayer en la biblioteca estuve hablando con un chico que va a mi clase de Religión. Creo que me llevaré bien con él. Se llama Asher.
-¿Y es tu novio?-pregunta Ian.
Lauren y yo nos reímos, piensa que todos los chicos son mis novios.
-No Ian, no es mi novio. Es un amigo.
-¿Pero es guapo?
Me río tan fuerte que empiezo a toser; Lauren me pone un vaso de agua y cuando me tranquilizo, mi hermano dice:
-Si te ríes es porque es feo.
Y se va.
-Tu hermano es muy gracioso. Cuando no estás por casa me pregunta si conocerás a alguien y te irás a vivir con él, o si cuando acabes la universidad te mudarás a un lugar más lejos. Intento explicarle que siempre estarás a su lado y que cuando sea más mayor lo entenderá.
Se forma un silencio incómodo, especialmente para mí que no estoy acostumbrada a quedarme sola con Lauren. Lo único que consigo decirla es gracias. Quizá no debería ser tan dura con ella.
-¿Necesitas ayudas en algo más?-la pregunto.
-No, no te preocupes. ¿Quieres quedarte a cenar? Tu padre llegará en cualquier momento.
-No, gracias. Voy a estudiar y prepararme para mañana. Buenas noches. Adiós Ian.
-Mañana no hace falta que pases, vendrá tu padre a la hora de comer. Un beso cariño.
Volver al campus y entrar en la habitación ha significado volver a pensar en Steven. Su nota sigue encima de la cama, pero esta vez, acompañada de una rosa blanca con un papelito.
Por ser tan maleducado y dejarte sola, perdóname. ¿Conoces el significado de las rosas blancas? Te dejo tres opciones, marca la que pienses. Quiero el papelito en mi habitación mañana por la noche.
Futuro.
Para toda la vida.
Duradero.¿Y cómo pretende que yo sepa dónde está su habitación?
Recibo un mensaje al móvil, es de Steven.
Eres una chica lista, lo descubrirás. Buenas noches.
Espero que esta noche ni nunca más vuelvas a entrar a mi habitación sin permiso. Buenas noches.
¿Me lee la mente o qué pasa? ¿Cómo ha podido saber que estaba leyendo la tarjeta?
No sé cuántas veces la vuelvo a leer hasta caer rendida.Me despierto temprano y voy a la cafetería de la esquina a desayunar. La chica de la barra ya me conoce y me sirve de inmediato. También me agradece la propina que dejo de vez en cuando. Antes de irme, se acerca dudosa a mí.
-Perdona, Azalea, ¿verdad?
-Eh, sí, soy yo. ¿Qué pasa?
-Tu desayuno está pagado por el chico de la barra.
La sonrío amablemente y me giro para ver quién ha sido. Quiero pensar que no ha sido Steven y por una vez, no ha sido él. Asher me sonríe y viene hacia la mesa.
-¿Está ocupado?
-No hacía falta, de verdad.
Hablamos durante un rato y nos dirigimos hacia el campus. Sus asignaturas se encuentran en el edificio de Ciencias, así que nos despedimos a mitad de camino. Sé que sus amigos lo han visto porque desde lejos han gritado.
Te quedan pocas horas nena.
Es el único mensaje que he recibido de Steven en todo el día y sonrío al ver que curiosidad tiene. Sé que ir al director y preguntarle la habitación de su hijo va a ser un poco extraño, pero no se me ocurre otra idea.
Llamo a la puerta dos veces y me recibe. Le explico que tengo que devolverle un par de libros que me prestó y que me pidió que se los dejara en la habitación. No tiene pinta de habérselo creído, pero obtengo la información que quiero.
Me queda poco tiempo para dejarle la tarjeta y no sé si estará en su habitación, espero que no.
Cuando voy a llamar a la puerta escucho gritos y gemidos. Veo el número de la habitación y es correcto. Las lágrimas empiezan a brotar y salgo corriendo de ahí. Vuelvo a sentirme como una mierda por culpa de Steven.
ESTÁS LEYENDO
Tu alma es mía
Teen FictionElla, una chica buena, él, un chico malo. Ella, un corazón puro, él tenía el alma negra. Ella sin ningún error cometido y él todo lo contrario. Se evitan continuamente sin saber que están destinados a que sus caminos se junten.