Quedate cerca de mi

Al pie de un arbol

El amanecer llegó, los campos y sembradíos bañados en rocío comenzaron a ser iluminados por un gigantesco sol que salía de entre las montañas frente a nosotros; había manejado alrededor de unas cinco o cuatro horas sin parar por la carretera solitaria, Inary se había quedado dormido gracias al clima de calefacción mientras tanto yo hundido en mis pensamientos no pude dirigir ni siquiera una mirada hacia su rostro...

-Ya amaneció, ¿¡Cuánto he dormido!?- dijo preocupado

-No mucho- sonreí levemente

-Debes estar cansado Kaoru, déjame echarte una mano-

-He manejado durante dos días sin escalas ni descansos, unas cuantas horas son nada para mí-

-Pero somos compañeros, es mi deber ayudarte sea como sea, caramba-

-En eso tienes razón, pero yo quiero llevarte y regresarte de tu travesía salvo y sano así que déjame esto a mí, por favor- bajé la mirada. A decir verdad, estaba sorprendido de mí mismo puesto a que de mi boca jamás habían salido tales heroicas palabras.

-Pero que cosas dices Kaoru, supongo que todas las chicas han de caer rendidas a tus pies- rió

-Pues las únicas "chicas" que he tratado es a tu madrasta, a tu abuela y a tu hermana mayor, pero te aseguro que ninguna ha caído rendida a mis pies-

-Jajajajajaja- se carcajeo -Pues he oído que a mi abuela le gustan los tipos duros y guapos ya sabes, como tú- dijo con un tono picaresco

-Pero desafortunadamente a mí no me gustan las maduras- negué rotundamente con la cabeza

-¿Entonces que te van?-

-¿Qué me van?... podría decirse que las cosas lindas...-

-Ugh, que respuesta tan mas vaga- hizo una mueca muy pronunciada

-Supongo que sí, pero realmente no podría describirte que es lo que más me gusta de una persona o que me puede llegar a enamorar-

-¿Nunca te has enamorado de alguien Kaoru?-

-No que yo recuerde... pero tengo casi siempre una nostalgia en el pecho que me dice lo contrario cada vez que me pongo a imaginar sobre esto, como si una soledad me invadiera, un pequeño coraje se apodera de mí y me indica que debo, deseo y necesito recordar algo... sin embargo jamás lo logro- agaché la cabeza un poco sin perder de vista la carretera, cuando de reojo trate de ver el rostro de Inary pude visualizar una expresión terriblemente amarga en ella, una expresión llena de desolación que al darse cuenta de que la observaba rápidamente se volteó hacia la ventana

-Quien sabe... pero puedo suponer bien que tu tipo son de pechos grandes y mimosas, ya sabes, ese tipo de chica que te protegerá a costa de todo... supongo- no pude prestarle atención a lo último que menciono, mi mente quedo sumergida en el deseo de conocer porque su cara había expresado tanta tristeza y desesperación ante mis palabras -Oye Kaoru... Kaoru... ¿¡Me estas escuchando tarado!?-

-¿¡Eh!?-

-Demonios contigo, no te vayas en tu nave tan temprano-

-Lo siento, lo siento- la verdad es que tenía tantas dudas...

-¿Por dónde andamos Kaoru?-

-Supongo que estamos saliendo de los límites territoriales de Nikola-Lenívets-

-Umm, todavía falta mucho para nuestro destino ¿no es así?-

-Si viajáramos sin parar podríamos llegar exactamente en una semana- reí -Sin embargo, ni tu ni yo somos súper humanos así que eso es lógicamente imposible-