Cap 3. Conociendonos

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Cap 3. Conociendonos

Edward POV

Al llegar al hospital cogi mi coche bruscamente y corrí hasta llegar a casa. Aparqué en el camino de entrada y subí las escaleras.

- Hijo, que te pasa? como te ha ido? - Carlisle me tomó del brazo impidiendome avanzar. No queria hacerle daño asique frene.

- Carlisle... Acaso la has olido?! - Le grite sin querer y me tapé la boca. Hijo, sabes que ya no percibo el olor de la sagre humana... Lo siento muchisimo, de verdad huele muy bien? Pensó mi padre.

- No pasa nada, lo siento. - me disculpé.- Te lo prometo Carlisle, nunca he olido nada igual, de verdad. Podria haber acabado con ella en muy poco tiempo, pero no se como, me controlé. - mi padre puso cara de espanto.

- Pues hijo, as sido muy fuerte. Mañana te toca turno con ella. - negué con la cabeza y andé de aqui para alla. - Creo que deberias ir a cazar.

- Si, creo que es los mejor. - me dirigí a la puerta pero el me habló desde lo lejos.

- Oye hijo, espera. Has podido leerle la mente?

Pasé de el, me irritaba ese tema. Me lo tomaré como un no... Fue lo ultimo que esuche por parte de mi  padre.

Corrí hasta adetrarme en el bosque y encotrar algunos ciervos. Todo muy aburrido, ya que no conseguí quitarme de la cabeza la cara de miedo que tenia esa pequeña chica. Era totalmente diferete a cualquier otra que halla visto antes. Se le veia tan delicada y fragil bajo esa piel fina y marfileña. Era casi tan blanca como yo, pero calida. Cada vez que me miraba podia notar perfectmente como se le aceleraba el pulso. Pero en esos momentos intentaba no fijarme en los tonos rojizos de sangre dulce bombeante bajo sus mejillas.

Tendria que volver a casa rapido, desde que estoy tanto tiempo en el hospital casi ni e visto a Alice. Mis hermanos tambien decidieron independizarse durante un tiempo, pero Alice estaba de visita.

Entré en la casa denuevo y ya empezaba a escuchar los pensamientos de mi hermanita.

- Donde esta mi hermanita? - dije a los pies de la escalera, seguro de que lo habia escuchado.

- Edwaaard! - gritó mi hermana lanzandose a abrazarme.

- Hey peque, que tal te va?

- No me llames peque, Edward. Soy más mayor.

- Fisicamente, pero aun así es discutible. - dije apoyando mi brazo en su cabeza.

- Bueno, me va bien. He empezado a diseñar una linea de ropa y Jazz esta escribiendo un libro. Y tu?

- Pues... Como antes, estoy trabajando con Carlisle en el hospital, pero ultimamente no es muy agradable...

- Por el olor?

- En parte, a llegado una chica nueva, que me tiene loco...

- Tu elegiste ese trabajo, asi que... - alzó los hombros.

- Anda peque, solo porque eres mi hermanita, puedes elegirme la ropa de hoy.

- Wiiiiii. - se le escucho subiendo por las escaleras.

La verdad es que nos llevavamos muy bien, ella siempre seria mi peque. Aunque fisicamente ella es mayor de edad, pero de estatura gano yo por mayoria.

En el momento Alice entro en la habitacion, dejo un monton de ropa en mi sofá y se fue cerrando la puerta a sus espaldas. Pequeña monstruita... Me vestí y, vaya! Esta chica tiene buen gusto, me habia dado una camisa de rayas que nisiquiera sabia que tenia.

- Carlisle me voy!

Cogí mi coche y meti mi musica favorita. Aunque llevaba aqui muchisimo tiempo, las carreteras del bosque me parecian más hermosas que nunca. Seria porque despues de cazar - excesivamente, por mi parte ayer. - solemos tener todos nuestros sentidos mas finos y alertas. Llegando al aparcamiento bajé las ventanillas, no hay nada mejor a las siete de la mañana que escuchar a las internas bostezar.

Apagué el estereo y me bajé del coche. Como no ahí estaba la secretaria escribiendo los cotilleos en un librito, cada vez que paso a su lado lo cierra. Como si no pudiera verlos.

- Buenos dias Rachel.

- Hola doctor Cullen. - dijo con cara de asco.

Yo nunca le habia echo nada malo a la señora Rachel Felps, pero a ella le molestaba que yo no tubiera suficiente edad para ella. Ironico, podria ser el padre de su abuelo. Me dirigí a la salita y respiré profundo, ignorando el fuego que sentia en la garganta. Estaba vacia. Me giré hacia el ascensor y subí. Dentro estaba la señorita Valery con su vestido rojo ajustado. Hizo como que se le caia un papel para agacharse, pero yo fui más rapido y lo cogí. Se lo entrgué, Maldito, porque será tan rapido, y guapo, y perfecto, y bonito, y posiblemente adinerado... Sus pensamientos me asqueaban. Sonó la vocecita del ascensor, ''Planta cuatro, internos'' . Aqui me bajo.

Entré en la pequeña cocina para internos y me aferré a la mesa. No existe una imagen lo sficientemente aerradora y destructiva para explicar lo que sentí al inspirar ese olor. Dulce, sin duda tenia una sangre muy dulce. Por suerte de la chica, ya habia cazadoa si que, volví a salir, tome aire limpio y entré. Lo unico que tenia que hacer era no respirar, trabajo facil. 

Detras suya la observé. Se le iba caer al suelo una manzana que estaba cogiendo, pero rapidamente la cogí antes de que tocara el suelo.

- Gra-gracias. - tartamudeó ella asustada.

- No hay de que.. - contesté.

Ella se sentó en una de las sillas y yo la imité poniendome enfrente. 

- Perdon, no me he presentado. - le di una sonrisa calida, a lo que ella se mordió el labio. - Soy Edward Cullen, el hijo del doctor Cullen.

- Isabella Swan, pero llamame Bella. - me ofreció la mano y yo se la apreté, en ese momento una corriente electrica paso por nuestras manos. La retiró ella rapidamente. - Tienes la mano helada...

Aprete la mano ya fruncida en un puño. Seguramente odiara el frio de mi mano congelada. Tomé un sorbo del termo de sangre que me habia dado Esme, como quiero a esa mujer..

- Bajemos, nuestro turno comienza. 

- Hoy no viene el doctor Cullen?

- Si, pero algunos días le tocara conmigo y otros con el. 

En silencio bajamos en el ascensor hasta la calida salita de emergencias. Nos sentamos en los dos sillones individuales, uno enfrente del otro. Veo que se saca un libro de debajo del brazo y empieza a leer. Romeo y Julieta, logro distinguir en su portada.

- Porque pagina vas?

- Qu-que? - atudida se da cuenta de lo que le pregunto. - Ah-ohm... La pagina 516, porque?

- Ah, Aqui me entrgaré a la eternidad, sacudido de esta carne fatigada, el yugo de estrellas adversas. Ojos, mirad por ultima vez. Brazos, dad vuestro ultimo abrazo. - se me unió mirandome a los ojos en esta ultima frase.- Y labios, puertas del aliento. Sellad con un beso, un trato perpetuo con la avida muerte.

Irritante, lo que yo decia. Sus ojos eran oscuros y opacos. No conseguia leerle el pensamiento, pero como podia ser eso posible? Me di cuesta de que la seguia mirando cuando su pulso se aceleró, bajó la mirada sonrojada y yo me tape ligeramente la boca para que no viera mi sonrisa. Que chica tan adorable.

Nuestro turno de ese día acabó, ya era viernes asique mañana solo habia trabajo hasta las cuatro, a esa hora entraban los del turno de noche. Felizmente conducí hasta mi casa, con el orgullo de no haberla matado. Entre por la puerta y Carlisle vino a recibierme.

- Hola hijo! Que tal te ha ido?. - Esme pensó que se me veia muy feliz.

- Bueno, no la he matado...

Todo es demasiado verde... (Edward y Bella)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora