P R O L O G O

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Daba vueltas en la cama, tratando de poder dormir, no podía pues mi mente divagaba un sin fin de frases que no llegaba a entender, estaba empezando a alucinar cosas. Una voz en mi cabeza me repetía lo mismo. Mis ojos se mantenían cerrados, no me atrevía a abrirlos, temía que la voz sea de algún personaje paranormal que se situara al filo de mi cama y me viera con ojos de querer asesinarme. No entendía lo que se repetía en mi cabeza y aun peor si en mi propia mente se estén escuchando una cantidad invariable de voces. "No abras los ojos". "No mires la silla, está vacía, ellos se sientan a observarte mientras duermes" Y otra vez la misma frase "Conciliaras el sueño cuando la luz aparezca y desaparezca".  Se trata se acertijo, uno indescifrable, según yo le faltaba lógica, muy aparte de que no soy buena en ellos y los odio. 

Sentí una respiración, su frío aliento chocaba mi cuello, mi cuerpo tembló y decidí abrir poco a poco mis ojos, no me sorprendió ver la sombra negra al filo de mi cama, si no los ojos rojos y brillantes que penetraban muy al fondo de mi ser, una ola de miedo me abarco, quería gritar, pero no podía, es como si me hubieran cortado las cuerdas vocales, lo único que me quedaba era seguir mirándolo atentamente, más o menos como él lo hacía. 

Pasó un tiempo, no sabría decir exactamente cuánto, pero no podía despegar la mirada de esos rubíes, es como si me hubieran hipnotizado. Se escuchó un grito desgarrador, se perdió la conexión y mire a la ventana, los rayos de sol atraviesan esta y la sombra se había ido, entonces entendí. "Conciliaras el sueño cuando la luz aparezca y desaparezca" La respuesta era la siguiente: Podría dormir cuando amanezca y los enormes faroles que alumbraban las calles, se apaguen. Me quedé unos minutos despierta para luego caer rendida en un profundo sueño.


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El Origen de la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora