El tiempo, tan corrosivo.

Me tomaré la molestia de hacerme tu amigo.
Pasaré casi todo mi tú cuando no esté conmigo.
Tan cerca siento tu nombre, tu pasar, tan clandestino
Como el viento en los cajetines, viene silbando el destino.

Pasarán trenes, como pasarás por mí moldeando aceros
Siendo yo la vía, chirriando, desgastándome el cuerpo.
Viendo en tus ojos, mi pelo con la corrosión de tu beso
Poniendo en tus labios los mios, lentos, para verme así muriendo.

Desde el día que nací, te llevé en puntual compañía,
De pasada y sin miedo sentía fija tu mirada tan sumamente vacía
Eres, tiempo, francamente el mayor de los genocidas,
Cambia de hoja, nombre y apellidos, pero viene con la vida.

Y así cambiando personas, como cambiará esta rima
Viene cantándome saetas la muerte y el destino flojo le silba
El tiempo es el carcelero, torturador de la vida
Y acabará el triste trabajo mientras mi color expira.