PRÓLOGO

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Era de noche y tenía miedo.

No sé si la palabra miedo es lo que más se le asemeja a lo que siento en estos momentos, es un mezcla entre miedo; nervios y euforia.

Aunque tampoco entiendo el porqué, ¿por qué siento esto?, no es la primera vez que quedo con él, pero, es cierto que esta vez hay algo extraño, no suele ser esta hora a la que quedamos siempre, son las 21:00, demasiado tarde para quedar con alguien, y no solo la hora en la que me ha dicho de quedar, sino, como me lo dijo, su voz, sonaba nerviosa a través del teléfono, muy extraño, el es de ese tipo de chico que no se preocupan por nada, pero hay algo, algo le preocupa. ¿El qué?

Son las 21:10, no es raro que se retrase, siempre llega 10 o 15 minutos tarde, aunque sigo sin acostumbrarme  y el hecho de que sea invierno y todo oscurezca antes, que hayamos quedado en una de las calles menos iluminadas de la ciudad no me ayuda y hace que me asuste por cualquier ruido.

21:13, aparece por la esquina del final de la calle, cabizbajo, vestido con la sudadera negra, la que le regale por su cumpleaños hace dos semanas, y unos pantalones negros.

Le llamo por su nombre, él levanta la cabeza y me mira.

Un escalofrío me recorre todo el cuerpo, dejándome petrificada y clavada en el sitio.

Sus ojos, azules, que ya de por si hacen que me ponga nerviosa, esta vez tienen un brillo, inquietante, enigmático, que hacen que me ponga todavía más nerviosa, por que se que esconden algo...

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⏰ Última actualización: Nov 06, 2016 ⏰

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