"Me recuerda", "No me recuerda" la margarita era mutilada mientras en mi corazón no cabían las ansias por saber si él pensó en mi al menos un poquito, si me extraño como yo lo extrañe a él, si podrá reconocerme a primera vista.
Hoy es la firma de autógrafos de su quinto álbum, y por supuesto yo debo estar allí, aunque aún no estoy segura de sí seré reconocida por quien fue mi primer amor.
Tenía siete años cuando vine a este país por vez primera, y fue uno de los que más me gusto visitar de entre todos los que he conocido.
Papa es catador de hoteles, él junto a mi mama y mi hermano mayor se dedican a viajar por el mundo visitando los mejores hoteles de cada ciudad, crean un par de conflictos o alborotan las habitaciones solo para conocer cómo reaccionará el personal del lugar.
Adicionalmente evalúan cosas como la limpieza y calidad de atención. Al finalizar sus pruebas le dan una calificación al hotel y eso indica cuantas estrellas este puede conservar o si acaso es capaz de ser acreditado con una más.
Aquella vez nos quedamos apenas una semana, pero fue suficiente para que yo amara la ciudad.
Con tantos viajes y siendo estos tan seguidos no puedo tener una educación "normal" mama y mi hermano me enseñan en casa, y tampoco puedo conocer todos los idiomas, por lo que el español y el inglés siempre fueron lo básico para mí, "para que más" siempre escuche de los adultos, pero cuando conocí le idioma de este país me enamore de él, y comencé a aprenderlo, compre libros e investigue en Internet, me la pasaba siempre escuchando coreano y viendo casas en coreano, así para la segunda vez que visite este lugar al menos podía defenderme sola.
Tenía trece años, para mi buena suerte visitamos tres hoteles en la misma ciudad, por lo que estuvimos casi cinco meses aquí, me encantaba salir a conocer lugares nuevos y de vez en cuando perderme un poco, fue increíble, incluso aquella tarde, cuando lo conocí.
Llegue al centro comercial en donde será la firma de autógrafos, hay una fila inmensa pero no sé si deba hacerla, me siento cada vez más nerviosa y estoy a punto de convencerme a mí misma que mejor hubiese sido no venir, después de todo, ¿porque se iba a acordar de mí?, creo que no me formaré, no soportaría estar frente a él y que me trate como a todas sus fans, si no me reconoce mi corazón se romperá y no lo superare en mucho tiempo, mejor me quedo con la duda, pero no me iré, solo lo veré de lejos hasta que el evento termine.
Iba en metro aquella tarde, como siempre el transporte estaba completamente lleno y para rematar soy muy pequeña. De pronto llegamos a una parada en donde un grupo grande de personas se quedaría, y, vuelvo a mencionar, soy muy pequeña. La oleada de personas me empujo involuntariamente hacia afuera del tren, y no pude volver a él.
En medio de todo el estrés y enojo opte por tomar el autobús, será más fácil aunque me tarde un poco más pensé.
Entonces lo vi, practicando breakdance con sus amigos, se encontraba del otro lado de la estación, de vez en cuando las personas se acumulaban a su alrededor para observar el espectáculo, eso me impedía seguir viéndolo, yo me senté frente a él, nunca pensé que sería vista, pero así fue.
Llego el momento en que después de que la gente volviera a despejar la vista el desapareció, el grupo seguía allí, la música sonaba igual pero él ya no estaba.
Naturalmente me entristecí, no supe en ese momento porque, pero dolió no seguir viéndolo. Después de esto no sabía si quedarme por si él regresaba, o marcharme con su recuerdo. Pero antes de que pudiera decidir, alguien me saludo.
Alcé la vista hacia la desconocida voz y casi muero al ver de quien se trataba.
Su cabello negro, su sonrisa que escondía su mirada, un par de lunares sobre su parpado derecho, su piel perfecta y su mano dispuesta a ayudarme a levantarme me elevaron al cielo y me regresaron al infierno.
