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Llego la noche y aún seguía en la enfermería. Dormiría allí esta noche y al día siguiente me iría por fin.

Hermione, Ron y Harry vinieron a verme antes de irse a la Sala Común y estuvieron un buen rato allí conmigo.

- Hoy te has perdido la clase de Snape. - Dijo Ron no muy alto ya que ya era de noche.

- Tampoco me he perdido mucho. - Reí.

- No no, pero es que hoy...

- Olvídalo ya, Ron. - Se rió Hermione.

- ¿Qué pasa? - Dije mirándoles con una sonrisa.
Ninguno de los dos decía nada. - Harry, tú eres mi comodín. Cuéntamelo. - Reí con Harry.

- Estábamos en clase de Pociones y Snape nos dijo que hiciéramos una poción por parejas. Hermione y Ron se pusieron juntos y bueno, hubo bastantes miraditas y risitas. - Harry y yo reímos y Hermione y Ron se sonrojaron.

- Pero eso lo hacen siempre ¿no? - Hermione me miró "enfadada" y me reí aún más.

- Pero esta vez hubo beso. - Añadió Harry y yo me tapé mi boca con las manos, sin dejar de mirarlos a los dos, que estaban más rojos que un tomate.

- Felicidades pareja. - Les sonreí y ellos se miraron para luego devolverme la sonrisa.

Finalmente se fueron a la Sala Común y, después de que al salir apagaran la luz, me dí media vuelta en la cama de la enfermería para dormir mientras la luz de la noche que entraba por las ventanas me iluminaba levemente la cara.

Pasaron varios minutos y yo tenía los ojos cerrados, pero aún no había conseguido dormirme.

De repente, empecé a escuchar unos ruidos. Abrí los ojos pero no me moví. Los ruidos se intesificaron cada vez más, y eso hizo que mi respiración se agitara también cada vez más.
Cuando ya los oí muy cerca de mí, cerré los ojos con fuerza, pero me sobresalté y casi me caigo de la cama cuando una mano se posó en mi hombro.
Aquella persona me tapó la boca cuando iba a gritar. Me intenté acostumbrar a la oscuridad, y cuando lo hice, reconocí el rostro y lo miré enfadada pero a la vez aliviada.

- ¿Estás loco? Podrías haberme matado del susto. - Susurré. Aquella persona soltó una risa y, con un movimiento de su varita, cerró la puerta de la enfermería.

- No seas exagerada. - Me dijo.

Me incorporé como pude para no hacer mucho ruido y sentarme en la cama contra la pared, mientras Malfoy estaba sentado en la cama de al lado.

- ¿Se puede saber a qué has venido? Por si no te has dado cuenta, todo el mundo está durmiendo. No puedes estar aquí. - Seguí susurrando.

- Nadie me ha visto.

- ¿Y no te has percatado de los cuadros? Las personas de dentro podrían haberte visto. - Negó con la cabeza. - Te digo que algu... - No pude seguir hablando porque un dedo suyo se posó sobre mis labios.

- ¿Quieres escucharme? Nadie me ha visto Griffin. - Separó su dedo de mis labios lentamente y, como tantas otras veces, nos quedamos mirando fijamente a los ojos. Eran aún más bonitos cuando los iluminaba la luz de la Luna.

- ¿Por qué te preocupas por mí? - Pregunté después de unos minutos. Él simplemente se encogió de hombros sin dejar de mirarme. - Pues... creo que se cuidarme sola. - Sonrió.

- Lo sé. - Su voz en susurros era extremadamente seductora... ¿Qué estaba diciendo? El no comer me había afectado bastante seguramente.
Carraspeé para seguir hablando.

- Y... ¿ya has encontrado a alguien para el baile? - Le pregunté. Creo que de nuevo se había dado cuenta de que cuando nos quedábamos mirando a los ojos, me ponía un poco nerviosa.

- Tengo a alguien en mente, pero aún no lo sé.

- ¿Quién es? - Soltó una risita.

- ¿Tanto te interesa? Creí que el hecho de dejarte en paz también era al revés. - Enarqué una ceja.

- Yo nunca te hago nada, eres tú el que provoca que nos castiguen siempre.

- Pero tú le das juego a la situación. Si tanto me odias, ¿por qué cuándo me meto con otra persona que no eres tú y no tiene nada que ver contigo, te entrometes? - Me quedé en silencio unos segundos, pues esa pregunta me la había hecho muchísimas veces y nunca conseguía llegar a la solución.

- No lo sé... - Susurré y bajé mi vista hacia mi mano que se encontraba apoyada en la cama. - Tal vez porque tengo más corazón que tú e intentó proteger a dicha persona. - Le miré de nuevo a los ojos.

- ¿Y cuándo yo te protejo? - Fruncí el ceño.

- ¿Tú? ¿Protegerme? ¿Cuándo?

- Es increíble que no lo sepas ver. ¿Y qué pasa con aquella vez que Lavender Brown te persiguió hasta el Gran Comedor? ¿No te protegí?

- Bueno, eso fue... Fue una vez. Una sola vez. - Negó con la cabeza. - ¿Y qué? ¿Acaso tengo que aplaudirte o algo por el estilo? - Volvió a negar con la cabeza.

- Solo te pido que lo sepas ver y que, por ser un Malfoy, no tengo tan mal corazón como la gente cree. - Volvimos a quedarnos en silencio. Incluso él mismo se sorprendió de sus palabras.

- ¿Desde cuándo piensas así? - Entreabrió su boca y tardó un poco en contestar.

- Desde aquella primera vez en que me dijiste que me olvidara de ti. - Me quedé sin palabras. No sabía que decir. Ahora más que nunca deseaba abrazarle.
Noté una lágrima caer por mi mejilla y él se dió cuenta. Se acercó y la quitó con su pulgar, y, sin aguantarlo más, me tiré a sus brazos y le abracé con fuerza. Llevaba esperando esto demasiado tiempo. Su olor a menta que tanto me gustaba se metió en mis fosas nasales y sonreí tontamente mientras le abrazaba.
Noté como al principio él no correspondía al abrazo, pero poco a poco pegó sus brazos en mi espalda y me abrazó con fuerza igual que yo a él.

Nos separamos del abrazo despacio y nos quedamos mirando a los ojos de nuevo.

- ¿Qué significa esto? - Me preguntó.

- Que, por raro que parezca, podemos ser amigos. - Le sonreí y él me devolvió la sonrisa. - ¿Amigos? - Acerqué mi mano hacia él.

- Amigos. - Y la estrechó.

Te quiero, No te quiero || HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora