Capítulo 32: El Muro

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NdA: ¡Saludos! Quería decir que me sorprendió y me alegró la recepción que tuvo el último capítulo y quería daros las gracias por ello. Aquí tenéis por fin los nombres de los gemelos y, para los fans de Jon Nieve, ¡aquí regresa! Un beso enorme.


 El septo de los Gemelos lucía lúgubre y apagado en comparación al de Aguasdulces. Apenas entraban dos rayos de sol por las pequeñas ventanas que antaño habían tenido cristal coloreado y, pese a su enorme tamaño, se veía estrecho y aplastante.

Lyra estaba junto al septón. Sus hijos descansaban en sus brazos, donde los mecía con suavidad. En aquella semana habían crecido hasta alcanzar al fin el tamaño de dos bebés recién nacidos normales, aunque eran todavía muy pequeños y no habían abierto los ojos. El septón y ella estaban ya frente a la multitud y, tras ellos dos, estaban Harrion y Dacey, las primeras espadas juramentadas de los príncipes. El septón comenzó a hablar:

—Que el Padre los acoja entre sus brazos y les enseñe justicia, que la Madre los acune en su pecho y los haga crecer sanos y fuertes para afrontar el mundo que los espera. Que la Vieja les ilumine siempre el camino que han de tomar, que el Guerrero les otorgue fortaleza y el Herrero los ayude a aguantar el peso del trabajo. Que el Desconocido les muestre el sendero de la vida y no el de la muerte...

Lyra tuvo la mirada clavada en sus hijos mientras el septón hablaba. Al mencionar al Guerrero, los párpados de su hija revolotearon hasta descubrir dos iris grises, del color del hierro pulido. Los ojos de la niña danzaron de un lado a otro, sin ver nada pero pareciendo entenderlo todo. Por último, cuando la voz del septón dio forma al nombre del Desconocido, los ojos de su hijo se abrieron de golpe, como movidos por un resorte. Eran azules, como los de Lyra, y parecían brillar con luz propia en aquel septo oscuro. Lyra alzó la mirada hacia el septón cuando este volvió a hablar:

—Los príncipes Tyrion y Lyanna, de las casas Stark y Baratheon. Herederos legítimos del Norte, de los Siete Reinos y de Poniente. Príncipes de los Ándalos, los Primeros Hombres y los Rhoynar, para los dioses y los hombres.

El septón se volvió hacia Lyra, avanzó y tocó la frente de los dos niños. Los ojos de Lyana seguían vagando, pero los de Tyrion observaban al hombre como si realmente pudiese verlo. Lyra sintió un escalofrío recorriéndole la espalda y en su mente resonó "porque la noche es oscura, y alberga horrores".

Los nombramientos se alargaron durante varias horas. Dos matronas acudieron para llevarse a los príncipes para que Lyra pudiese ejercer como reina, pero tardó varios minutos en sentirse capaz de soltarlos.

El primero fue Harrion. Lyra tomó el pequeño broche que Kyron Mallow le tendía y lo colocó en la pechera dorada del jubón de Harrion, que tuvo que arrodillarse para que Lyra pudiese hacerlo. Inclinó la cabeza.

—Lord Harrion de la casa Darel, señor de los Gemelos y el Cruce. Yo, Lyra de las casas Baratheon y Stark, Reina en el Norte y señora de los Siete Reinos, te nombro Mano de la Reina y escudo juramentado de los príncipes Tyrion y Lyanna Stark.

A continuación, Jorelle Mormont fue nombrada señora de la Isla del Oso y Lelan Penrose y su esposo señores de los Pergaminos. Rhaegar Whitefire asumió el mando de su casa, pues su padre parecía no ir a despertar. El Pequeño Jon Umber fue nombrado señor de Último Hogar, y así durante varias horas que se hicieron eternas. Se rezó por los muertos, por los heridos y por los moribundos, y se pidió a la Madre, al Guerrero y a la Doncella que velasen por los nuevos matrimonios y por los viejos.

* * *

Dos días después de los nombramientos comenzaron a llegar barcos. Los Hightower componían la mitad de la flota y sólo con sus barcos podría haber navegado el ejército al completo. Algunos de los señores de Bastión de Tormentas y las Mormont pusieron el resto, pues la mayoría provenían del interior del continente.

The Lionhearted Deer | Juego de TronosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora