Mi vida no marchaba bien la verdad era terrible, me intentaba matar una noche, autos me veían y gritaban que me bajara.
Quien quiere bajar si lo único que quería era desaparecer.En ese momento de mi vida, sentí a Dios en mi vida, y en mi mente resonaba "no estás solo, no estás solo".
Fue entonces como me convertí a Dios, tenía una novia nada importante.
Era semana Santa y en la iglesia había un evento, claramente.Estando dentro, en el transcurrir de la reunión fue cuando todo le dio sentido a mi vida, donde Dios traspuso una mirada sencilla en algo inolvidable.
Ahí estaba ella, pelo Crespo largo hasta más abajo de sus caderas , una piel blanca y fina, y lo más lindo de ella, unos labios posiblemente inbesables y unos ojos los cuales no dejaron de mirarme. Pensé que solo quedaría en aquel día , pero pasaron semanas y ella era cristiana.
Era todo lo que yo quería mereser.