Capítulo 25

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Permanecí inmóvil en la esquina de la mugrosa habitación, sin moverme.

Tampoco tenía muchas posibilidades de movimiento que digamos, pero algo era algo.

Me bajé la cremallera del abrigo, pero no me lo quité. Aunque llevase una sudadera, cuanto más me cubrirse los brazos mejor.

Una de las puertas se abría, o eso escuché, por lo que me puse de pie, pegada a la pared.

Entró uno de esos tios, sonriendo, y con un bocadillo en la mano.

-Toma- me lo ofreció, mientras yo le miraba con desconfianza- ¿No lo quieres?- tenía hambre, joder, pero eso sabía a pura mierda, me atrevería a decir que es comida para perros o algo así.

Negué con la cabeza, y él me miró furioso. Abrió los barrotes de la celda y entró dentro.

-Que te lo comas- exigió acercándose cada vez más a mi.

-¡No te me acerques!- grité y él sonrió, cogiendo mi cara entre sus manos.

Yo estiré mis brazos en su dirección tratando de alejarlo, pero me era casi imposible.
El bocadillo tocó mis labios y me produjo una arcada, haciendo que él me metiese parte del bocadillo en la boca, cosa que me dio una arcada aún mayor.

Retrocedió asustado por si le vomitan a encima, cosa que me hizo plantearme si no sería una buena idea provocarme el vómito en su cara.

¡Pum! Mi mejilla se giró al instante cuando el impacto de su mano llegó a mi cara.

《¿Quién se cree?》

-¡Cabron!- grité y él me cogió del cuello, pegando mi espalda a la pared.

Y la patada en los huevos llegó al momento, haciéndome caer al suelo precipitadamente.

El miedo me invadió cuando vinieron dos tíos más para ayudar al que pedía ayuda, así que para nombrarlos les puse un mote: Gordito y Pancho son los que le ayudaron, y Pulga es el que se ha llevado la patadita donde más le duele.

Se fueron y cerraron la puerta de la celda, para después cerrar la puerta al salir de esta habitación tan rara.

《Puede que haya sido muy insolente, pero si me van a matar igual al menos me divierto un rato》

Llevaba algunos minutos durmiendo en la esquina de la celda, cuando la puerta.se abrió de nuevo. No me molesté ni en levantarme, simplemente esperé a que llegasen.

-Vaya vaya, por fin conozco a la salvaje- entró uno que no había visto antes, tenía los ojos azules, el pelo super negro y la piel muy blanca. Parecía mayor, más mayor que Carl, ¿unos 28 años? Bueno, tampoco era tan importante.

《Dracula, este será Dracula》

-¿No me vas a decir tu nombre?- preguntó y yo permanecí en silencio, entrecerrando los ojos. -Bueno, si Negan te ha traído aquí junto con el perro será por algo, ¿igual de bestias los dos?-

《Espero que no esté hablando así de Daryl》

-¿Y tú igual de inútil que los demás?- no se de dónde saqué el valor para hablarle así, pero ya no puedo hacer nada.

-Vaya, después de pegarle a mi compañero, encima ¡nos insultas!- comenzó a reirse- Sólo llevas un día aquí, tu amigo ya ha conocido bastante nuestros métodos de conducta, si tu quieres...- Fue cuestión de tiempo llegar hasta él, a través de los barrotes.

-¿Qué le habéis hecho?- esa frase no salió como yo quise, ya que parecía más un susurro de temor que una advertencia.

-Calmarlo, aunque estaba hecho una puta mierda por lo del chino, la culpa siempre lo perseguirá-

Survival (Chandler Riggs)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora