Donde tú vayas... iré [Visión Matt Cortez] I

Capítulo 75

"Como un par de lobos"

Estoy a un día de casarme. Mike, Dylan, Christopher y Fernando caminan a mi lado directo a una tienda de ropa para novios. Al entrar las damas sonríen para atendernos.

-Buenas tardes, caballeros -dicen tres al mismo tiempo -. ¿Qué se les ofrece?

-Él -dice Mike apuntándome -es el novio. Por favor, consíganle un buen traje. Nos ha costado años para que este momento ocurriese.

-Por aquí -dijeron.

-Ellos también -dije.

No me gusta hacer las cosas a última hora, pero con el trabajo he debido desplazar la compra. Las señoritas trajeron cinco trajes distintos, todos elegantes como los que tengo. Escogí uno blanco con negro. Al salir de la tienda vimos la hora: a almorzar. Dylan nos invitó a comer pizza en un negocio con delivery por lo que comer en el departamento sería más cómodo para todos.

Al llegar, ideamos cómo sería la boda en sí. La fiesta de la tarde está planeada, pero siento que algo falta.

-¿Qué cosa? -dijo Christopher masticando un trozo de pizza.

-Algo que nos identifique de hace años. Algo que nos haya marcado.

-Lo tengo -dijo Dylan -. Roth me contó sobre la subasta. ¿Y si haces algo similar?

-Yo creo que es delicado -agregó Fernando -. Pero con los detalles bien hechos y precisos, será lindo. ¿Ideas?

-El padre -Mike bebe un vaso de vino -. El padre podría decir lo mismo que el subastador o como se le llame. 

-Entonces ahí entrarías tú diciendo el precio -dijo Dylan.

-Pero algo no calzaría en la historia -interrumpí -. Llegaría ella primero y se quedaría ahí sin entender.

-Entoces hay que sedarla.

Todos miramos a Mike. Nos miró como si su respuesta fuese obvia. Luego de una larga conversación, accedí. Llamo a Josefa a su móvil. El plan será el siguiente. Mike la irá a buscar para sedarla y así preparar la Iglesia para la boda. 

Llegó el día que he esperado desde hace años atrás, ese que intenté disfrazar con otra. Pero no iba a resultar.  Son las 4 de la tarde y estamos listos. Solo nos falta acomodar unas flores en cada lugar, arreglar la alfombra (pagué por ella) y convencer al padre de que diga las malditas palabras.

-Señor, no es difícil.Solo debe decir: Una chica hermosa, enamorada y vestida de novia, está siendo subastada. ¿Ofertas? Y nada más. 

-Pero las subastas de personas son...

-¡Señor!

-Ya. Entiendo. No se enoje, joven. 

Mike me envió un mensaje. Vienen para acá. Llamé a todos para que estén en sus puestos. Ella es dejada en el suelo con delicadeza, como si aquella linda figura estuviera formada por la porcelana más frágil del mundo.

-Shh...

Gime abriendo los ojos. Corro a las puertas como imbécil para que no me vea. El padre abre la boca y cruzo los dedos.