Cuenta la historia que cuando extrañas mucho a alguien que ya no está puedes escribirle una carta, prenderla fuego y dejar que se la lleve el viento. Al hacer esto debes cerrar los ojos y susurrar el nombre del ser amado, se dice que las cenizas encontrarán el camino del alma de esa persona especial y le dirán con voz suave tu mensaje. Pero cuidado, que esto solo funciona si es un deseo muy preciado del corazón, pues la fuerza del amor es la que encamina la carta.
Scott recordó con aires tristes a su abuela contándole esa antigua leyenda cuando era solo un niño, la recordó leyéndole de su más sagrado libro con la pasión impregnada en su arrugado rostro. Y ahora, muchos años después, esos tontos cuentos en los que nunca creyó eran su última pizca de esperanza. La única forma que le quedaba para sentir a su precioso ángel una vez más.
Jamás iba a olvidar el día que la conoció, esa mañana empezaban las clases y el día avecinaba una horrible tormenta. Pero cuando la vio entrar en el salón el sol salió ante sus ojos y los pájaros comenzaron a cantar, su rostro se veía nervioso, pues era la nueva en la escuela. Nunca en la vida había visto a alguien tan bello, labios del color de las fresas, ojos almendrados del color del otoño y rizos tan largos que parecían no tener fin. Fue amor a primera vista.
Se sentó detrás de él y tocó su hombro "¿podrías prestarme una lapicera? Olvidé la mía" Preguntó, al escuchar su voz descubrió que en la vida había escuchado sonido más dulce. Sin darse cuenta, fascinado por su belleza, le entregó la cartuchera completa; lo que le sacó una tierna sonrisa y desde ese preciso instante supo que sería su compañera de vida. "Allison Argent, gusto en conocerte" Se presentó, y por supuesto un nombre tan hermoso solo podía pertenecer a alguien hermoso como lo era ella.
Luego de ese día, todo pasó muy rápido, se hicieron grandes amigos, y con el tiempo, algo más. Recordaba a la perfección su primer beso, las palabras lindas que se compartieron, su primera vez haciendo el amor y lo linda que se veía por las mañanas.
Es gracioso las vueltas que puede dar la vida, como un día estás hincado entregándole un anillo el cual sellará su amor ante Dios y al siguiente estar rogándole al mismo que no se la lleven, que la deje a tu lado por toda la eternidad. Pero se ve que nadie escuchó sus constantes súplicas, porque a pesar de todo la alejaron de él. Y ahora Scott no tenía a quien abrazar por las noches ni alguien a quien sacarle una sonrisa, solo le quedaba un vacío enorme en el pecho y una tumba con el nombre de su amada.
Así que con lágrimas en los ojos tomó un papel de un anotador y escribió en letras grandes y cursivas "Nunca olvides que te amo, porque yo nunca lo haré" Agarró un fósforo y encendió la pequeña carta con mucho cuidado, la soltó y dejó que el viento arrastrara sus restos mientras cerraba sus ojos. En un susurro casi invisible dijo su nombre, aquel nombre que sonaba a primavera, aquel nombre que le sacaba una sonrisa, aquel nombre causante de tantas noches de insomnio. Allison. Lo dijo con todo el cariño posible, pues quería que el cielo supiera cuán grande y fuerte era su amor. Vio el papel alejarse cada vez más y entró a la casa con un nudo en la garganta.
Esa misma noche, en sueños escuchó su melodiosa voz decirle al oído "Nunca podría olvidarlo, nunca podría olvidarte..." Sintió sus brazos abrazarlo una vez más y solo por unos pocos segundos, volvió a sentirse completo.
Y así Scott tuvo que seguir con su vida. Pero siempre manteniendo su promesa de no olvidar, con la esperanza de que en algún momento sus almas iban a volver a juntarse en una sola.
ESTÁS LEYENDO
Carta Al Viento
FanfictionScott por fin encontró una manera de despedirse de su amado ángel.