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Closet.

"Tic toc. El reloj de afuera siempre tan ruidoso... como tú."

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Años, son años los que llevo encerrado de esta forma. Solo.

Empecé de niño bajo el pretexto que me asustaban los gritos de mis padres lastimándose entre sí. Y ahora después de mucho, a pesar de esos gritos ya se extinguieron, sigo aquí.

Salir por breves momentos del día es tan frustrante, casi una tortura. Si tan solo el cuarto de baño y la cocina no estuvieran tan lejos, seria todo mejor.

—Sasuke, la puerta estaba abierta otra vez ¿Estás bien?

Asiento con la cabeza en respuesta consciente de que Kushina no puede verme, pero espero que ella me entienda sin la necesidad de ello.

—Sasuke —Repite— Sabes que no puedo entenderte si...

Bajo ruidosamente la cremallera del bolsillo de una chaqueta para interrumpirla.

—Entiendo —Escucho que dice. El suspiro resignado que vino después hace que me abrece aún más a mis rodillas mientras pesadamente recargo la espalda en la puerta de madera de mi escondite —Traje el almuerzo— Dice ella después de un rato— Porque de seguro no fuiste a comprar nada ttebane.

Sé que ella no espera realmente una respuesta de mi parte por lo que me callo esperando a que se fuera pronto. Tal como sucedió angustiantes minutos después.

Pero el ruido de los pasos alejándose es tranquilizador, ¿Sabes?

Abro la puerta del estrecho closet y salgo poco a poco de él mientras con la mirada busco algún ser invisible que escondido me observa sin que me dé cuenta.

Nada.

Puedo comer en paz y luego volver a entrar al closet minutos después, adoptando la misma posición que llevaba hace horas.

¿Sorpresa?

¿Por qué sientes eso?

No considero que el hecho de que alguien viva escondido en su closet, solo y silencioso como su propio escondite sea algo demasiado extraño.

Es obscuro, lo admito. Pero me gusta.

No veo ni escucho algo que no quisiese saber, como a mi madre siendo golpeada por mi padre por ejemplo. No, no veo nada como eso desde hace mucho tiempo.

Solo soy yo, el olor a naftalina que desprende algún abrigo viejo que perteneció a un miembro de mi familia y el tacto de diferentes materiales con los que fueron confeccionadas las prendas colgadas en este lugar. Nada más.

Espero que la vecina vuelva pronto a buscar la bandeja que trajo para que así pueda pensar a gusto y dejar de andar tan expectante. No es que la odie, o me moleste. De no ser por ella no estaría vivo de seguro, ya que es la única que se preocupó por mí después de que mis padres terminaran por destruirse entre sí.

Kushina siempre ha sido la mejor amiga de mi madre, y lo sigue siendo aun después de que ella ya no existe en este mundo.

Ah, me gusta esto. Como todo está oscuro y silencioso aunque...

Es interesante como todo cambia cuando salgo por la puerta en la que recargo mi espalda. Afuera, en la que antes era mi habitación que usaba a menudo, todo es encegadoramente brillante y escandaloso. A veces cuando me aburro, siento la necesidad de salir y quedarme más tiempo allí, sin salir de casa, solo en sus rincones un par de minutos para tener más cosas que recordar cuando vuelva a encerrarme aquí, ¿Será que estoy desarrollando algún tipo de miedo a olvidar como era el mundo exterior? De todas formas, ¿Qué importa eso?

ClosetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora