Cuando llegué a casa, no le dije nada a mi madre, lo último que quería era que ella me viera llorar y que me preguntara que había pasado, y yo no quería hablar, solo quiería llorar y llorar. Subí directamente a mi habitación y me tumbé en la cama mientras lloraba y lloraba, creo que nunca había llorado tanto como lo hice ese día. Sus palabras me dolieron muchísimo, yo sólo quería ayudarle, no pretendía que se pusiera así. Mientras lloraba me quedé profundamente dormida.
Al día siguiente me desperté y fui directamente al baño. En ese momento parecía un mapache. Mi cara tenía todo el maquillaje corrido y tenía unas ojeras increíbles. Me cambié de ropa poniendome un chandal. No iba a salir de casa, así que me puse algo cómodo. No comí, le dije a mi madre que no tenía hambre y no le mentí, se me había cerrado el estómago. Estaba en mi habitación escuchando música mientras dibujaba cualquier tontería que encontraba y de repente, sonó mi móvil. Que oportuno, pensé.
- ¿Si? - contesté de mala gana.
- ¿_____? - reconocí la voz de Leire.
- Dime Leire.
- No, dime tú. ¿Qué pasó ayer? ¿Por qué de repente nos dices que vas fuera y no vuelves a entrar en el local? ¿Sábes el susto que me has dado? ¿Sábes lo mal que lo hemos pasado todas las chicas buscándote? Además no contestabas al móvil ¿Pero se puede ser mas irresponsable ____? - mientras ella iba echándome la bronca, las lágrimas iban formandose en mis ojos. - ¿_____? ¿Estás ahí? - ahora su tono de voz era más como si estuviera mas preocupada que enfadada.
- Lo siento mucho, de verdad Leire, lo siento muchísimo. - dije mientras sollozaba. Joder, estaba llorando otra vez. Yo no quería llorar.
- Eh, ¿Estás bien? ¿Qué a pasado? - cuando fui a contestarle me interrumpió. - Mira dejalo, ahora voy a tu casa y me lo cuentas todo, ¿vale?
- Esta bien. - murmuré. Ahora mismo no quería hablar del tema, pero no podía decirle que no a Leire, merecía una explicación de porque me fui así ayer sin avisarles.
Cuando colgué, recogí un poco mi habitación. Pasaron diez minutos aproximadamente y Leire ya se encontraba en mi habitación con una sonrisa un poco preocupante. Yo le devolví el gesto mientras las lágrimas volvían a formarse en mis ojos. ¿Por qué demonios estaba llorando? Me comportaba como si acaso Niall me importara y Niall no me importaba lo mas mínimo pero sus palabras fueron demasiado para mí.
- ¿Qué a pasado _____? - preguntó mientras se sentaba en mi cama.
Le conté exactamente todo lo que pasó, sin dejarme ni un solo detalle. Mientras se lo contaba las imágenes de Niall con los puños cerrazos, alzandome la voz y gritándome volvieron a mi mente. Dios, ese chico s que sabía como hacer llorar y hacer sentir mal a alguien. Leire me miro preocupante y acto seguido habló.
- Por favor, no llores. - No estaba...¡Joder! ¡Ya estará bien! ¿no ____? ¡Deja de llorar de una maldita vez! pensé. Es que me salía solo. Odiaba llorar y más si era por culpa de un imbécil como él.
- Lo siento, es que - cogi aire y respiré profundamente. - yo no quería que se pusiera así, solo intentaba ayudarle.
- La gente como él no cambia _____. Te lo advertimos el día que llegaste, si no quieres meterte en problemas y estar todos los días así, no te acerques a Niall. Te lo digo por tu bien. No quiero verte llorar. - contestó mientras me abrazaba.
- Gracias Leire, de verdad, no sabes lo mucho que significa que estés a mi lado en estos momentos. - dije abrazándola más fuerte. Dios, como quería a esta chica.
- Mírame, cuando te pase algo, sólo llámame y vendré, ¿vale? - asentí.
- Quédate a dormir, por favor. - le rogué con una de mis mejores sonrisas. - No quiero pasar la noche sola después de todo. - podía parecer que estaba exagerando, pero la necesitaba. Necesitaba pasar una noche con mi mejor amiga.
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Nada es como parece. (Niall Horan y tú)
FanfictionUna mudanza. Nuevas amistades. Una relación que no empieza de muy buen pie. Un pasado que vuelve. Muchas peleas y odio, pero sobre todo, amor.