Los estudiantes de secundaria

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HISTORIA I

   Corría el año '86 cuando empecé a trabajar en la escuela secundaria. Fueron años difíciles. Caminar varias cuadras, con frío y paraguas, con calor y pies hinchados. Pero lo hice con placer, porque ellos me esperaban todas las mañanas; algunos para aprender, los demás para hacerme renegar.

Recuerdo que era lunes, 8 de la mañana, estaba en el salón de 7mo. y uno de ellos comenzó a hablar sobre lo que había hecho el sábado.

-Fui en colectivo a Villa Spid, cerca de acá, había bailongo. Tomamos unas "birras" con mi tío, es regamba, me lleva a todos lados, fumé unos puchos, también. Estábamos con los chabones y se acercó una minita. Estaba fuerte, re buena. Me fui a bailar con ella y la apreté un poco....-

El monólogo seguía mientras completaba el libro de temas. Mis oídos atendían a esa vocesita infantil, no adolescente, in-fan-til.

Con paciencia comencé a dictar la clase del día. Algunos me atendían a mi. Otros a él. Obviamente que lo que decía era más interesante que mis sustantivos. ¡¿Qué hago?! Sinceramente no sabía. Salí del salón. Me detuve tres segundos y entré con el pelo revuelto, caminando como una líder, mascando un chicle y diciendo:

-¿Qué onda, loco? Todo joya, ¿cómo te fue el sábado en el baile, amigo?-

SILENCIO ABSOLUTO.

Salí nuevamente del aula y volví a entrar correctamente.

Comencé con sustantivos, clases , ejercicios... Hasta que llegó la hora del recreo.

HISTORIA II

Muchas veces una va a la escuela a enseñar contenidos y buenos consejos para que los estudiantes se formen como personas.

Muchas veces tuve que renegar con niños y niñas con problemas que traían de sus casas. Parte del trabajo.

Una mañana, en 7mo. grado, dictaba mi clase cuando golpearon la puerta. Era el papá de un alumno bueno, un poco haragán a la hora de hacer la tarea , pasar al pizarrón, esas cosas.

Mientras preparaba sus útiles, me acerqué al Sr. y por lo bajo le comenté:

-Tu hijo tendría que decicarle más tiempo al estudio. Deberías ver que no tiene completa la carpeta, etc. etc.-

El estudiante se acercó a la puerta. Su papá levantó la mano derecha y le dio una cachetada en la cara!!!!! Sonó  el cachete. Le dejó marcados los dedos como si los hubieran  pintado.

-¡Nooooo! Exclamé asustada. No era mi objetivo que le pegues-

- Así no se va a olvidar de estudiar- Dijo con seguridad el padre.

La semana siguiente, el alumno X tenía la carpeta completa, borró el pizarrón, trajo siempre la tarea, y hoy me lo cruzo en la calle, me sonríe, me saluda y sigue.

HISTORIA III

Otro caso fue en una escuela grande, con mucha matrícula.

8vo. Año. Treinta y dos alumnos activos, movedizos, con buen ingreso económico. Debía integrarlos porque la relación vincular era mala.

Como en todo grupo, también en ese había diversidad, por lo tanto la enseñanza debía ser por grupos "invisibles", ya que en una escuela normal, ninguno quiere sobresalir, ni por "bueno", ni por "regular". Arduo trabajo.

Lo que más me preocupaba era la relación entre ellos. No existe nada más feo en un curso que entre ellos haya asperezas. Y yo debía limarlas.

Poco tiempo después de comenzar las clases, inventé un juego. Resultó muy positivo. Se sentaron de acuerdo al N° que sacaba cada uno de una bolsita.

Luego de quince días, comprobé los resultados. Iba preguntándoles qué experimentaron. Una joven rubia, bonita, delicada, expresó:

- Si no hubiera compartido estas semanas con M..., no lo conocería y me hubiera arrepentido. Es muy bueno, seño.-

-Y vos, M..., qué opinás?- 

- Si no hubieras hecho este juego para mezclarnos, LA RUBIA DIVINA nunca me habría elegido como compañero de mesa, y yo no me iba a animar a pedirle que se siente en mi mesa.-

Me quedé helada. Ese fue un momento en el cual confirmaba, una vez más, mi amor por la profesión.

HISTORIA IV

Una vez, trabajando en otra escuela secundaria.

Salí de mi casa y noté que tenía una goma baja. Paré en la gomería para echarle aire. Había gente. Tuve que esperar.

Llegué con la lengua afuera. Ni bien entré tomé la curva de la entrada a mi salón, me recibió mi preceptora a los gritos:

- Te puse media falta, porque me lo ordenó la Directora.-

Giré sobre mi propio eje, diciéndole:

-Poneme la falta entera. Me voy.-

Y así lo hice...

HISTORIA V


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⏰ Última actualización: Nov 30, 2016 ⏰

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