No te vayas.

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Zoro, tú... ¿Me dejarás? No, mejor no contestes, no quiero imaginarme un futuro sin ti. No quiero un futuro en el que no me ames. No quiero un futuro en el que no seas tú el que me despierte con  besos cada mañana. No quiero que te vayas y me dejes solo en este mundo de "payasos" y mentirosos. No te vayas. No. Suelta el pomo. Cierra la puerta. No salgas. No me mires así, como si te diese pena. Deja la maleta. Entra. Abrázame como lo hacías antes y repíteme que "todo está bien". Miénteme una y otra vez, pero no te vayas. No salgas. No des otro paso fuera. No. No, no. ¡No! No dejes que te suelte. Coge mi mano y llena este vacío que hay en mi pecho. No puedes marcharte. No debes. No quiero. Ámame hasta que la noche se canse de oír mis gemidos y el día se harte de vernos abrazados. Hasta que las constelaciones escriban nuestros nombres en el cielo. Hasta que las nubes tengan forma propia y nuestras figuras aparezcan dibujadas del color del alba. Hasta que nuestros corazones dejen de latir y nuestros hijos añoren nuestras historias. Hasta que talen el último árbol y pesquen el último pez. Hasta que se den cuenta de que nuestro amor fue el más puro y sincero de todos. Hasta que nos llamen "abuelos" y les enseñemos lo que de verdad era amar. Y la única forma de hacerlo es que no te vayas, que permanezcas a mi lado, sin importar las circunstancias. No hay porqué preocuparse, cuidaré de ti. Pero, por favor, por favor, ¡por favor!

No te vayas...

Permíteme permanecer aunque sea un segundo más a tu lado, para tocarte, sentir tu piel, respirar tu aroma, y ver tus ojos, esos jodidos ojos café que llenan mi mundo cuando sólo soy una entre millones de rocas en el universo. Y esta roca se conforma con muy poco, pido, nada más, que no te vayas.

Y si algún día llegas a hacerlo, piensa que yo siempre me acordaré de ti y todo lo que pasamos juntos, y jamás dejaré de esperarte, esperar a que llames a la puerta y digas "he vuelto", que para mí sonará como un "te necesito a mi lado". Porque así es la forma en la que te amo, complicada a su parecer, pero sencilla en cuatro pasos. Cuatro pasos. Puedes destrozar mi vida en cuatro pasos. Mi madre me dijo un día: No pasé nueve meses formando tu corazón para que el primer idiota que venga te lo rompa en diez segundos. No quiero que seas ese idiota del que hablaba mi madre, quiero que seas la pareja de la que hablaba mi padre, con la que me casaría y formaría una familia. Quiero que seas el idiota al que se le cae el café por las mañanas, al que se le olvidan las llaves del coche, el que se resbala en medio de la calle con cualquier cosa. Sólo quiero que seas ese tipo de idiota. Aunque me bastaría con estar a tu lado, tal y como eres. Con tus defectos y errores, tus lagunas, tus desayunos mañaneros, tus "buenas noches" antes de dormir y tu beso de despedida. Ese, que no quiero que llegue nunca. Porque ese beso indicará que todo acabó, que no seré nada para ti, y que tú siempre estarás en mi cabeza y mi corazón. Si hace falta, cruzaré mar y montaña para encontrarte y pedirte que vuelvas, y si no lo haces, quedarme contigo hasta que descubras lo que de verdad yo te amé, te amo y te seguiré amando hasta el momento en que de mi garganta no pueda salir una palabra más y mi cuerpo se quede aquí, pero yo me vaya a un lugar peor.

Sí, porque todo es peor sin ti. Sin tus caricias, tus abrazos, tus besos, tus risas, tus llantos, tus enfados y tus festejos. Todo, para mí, es peor si no estás. Así que, por favor, te ruego, de rodillas, que...

No te vayas.

Si te vas - ZoSan (One-Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora