¿Cuándo?

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No me gustan mis cejas. Cambiaría mi pelo. Odio la forma de mi nariz. No me gusta mi sonrisa, y es por eso que la mayoría de las veces no sonrío, aunque por dentro me esté muriendo por hacerlo. No me gustan mis brazos, mucho menos mis piernas. Odio los pies, aunque cualquiera y no solo los míos. No me veo flaca. Quiero bajar de peso, pero simplemente no puedo, y si lo hago, no veo ningún cambio. No me gustan mis labios. No me gusta usar maquillaje, porque cualquier cosa va a quedarme mal. Odio la ropa porque me hace parecer recta. No tengo el número de corpiño ni la cintura que quisiera tener. ¿90 - 60 - 90? No me pasa, solo le pasa a las modelos o a las personas afortunadas. Una en un millón, capaz. Pero nada de esto pasaría si no fuese porque estamos rodeados de estereotipos.

Vaya donde vaya, chicas con "medidas prefectas", el pelo que todas queremos, la cara perfecta. ¿Photoshop? Sí, seguramente, y hasta puedo afirmarlo. ¿Lo sabemos? Sí, más que nadie. ¿Por qué lo deseamos igual si sabemos que no es real? Porque así funciona el ser humano. Sabemos que no vamos a alcanzarlo o que es muy difícil, y por eso seguimos sin rendirnos. A los humanos nos gusta sufrir. No, no es broma: al ser humano le gusta el dolor y apuesta por él. Temor, dolor, son todas iguales y tienen gran poder sobre nosotros. Temor a no ser, dolor de no poder alcanzar. Estereotipos en cualquier lugar, cualquier hora, cualquier formato. Medidas fuera de este mundo, absurtas. 0, doble 0 y triple 0 existen, no estoy jugando. ¿1, 2, 3? ¿M, L, XL? ¿Y eso? Te aseguro que podés preguntarla a la chica del locar si tiene eso, y te va a mirar con pena, diciéndote que no. Ya no existe. Talle único o nada. Porque, o cedés a los caprichos de las corporaciones millonarias, o no sos nadie. Y no te confundas, no esque solo quieren que compres ropa. El combo de adaptar tu cuerpo a las marcas, viene con la compra de píldoras para bajar de peso, la búsqueda en Internet, los libros sobre cómo controlarse con las comidas, los nutricionistas y médicos, medicamentos y DVDs sobre cómo perder peso rápido. Los meses de gimnasio, las máquinas de entrenamiento, y de vuelta, la ropa. Todo es un círculo vicioso, encargado de engañar a tus ojos, con un único objetivo: adaptarse a las compañías, cumplir sus caprichos, y que cada día hagan una billonada. Pero, ¿cuándo van las compaías a adaptarse a nosotros?

Lo absurdo del marketing.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora