Cinco.

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Fuera del edificio, donde Karam vivía acompañado de los demás integrantes de su agrupación, se estacionó un carro marca Audi color oscuro, no se distinguía si era negro o un gris carbonizado. El hombre volvió a marcar. Sin esperar al segundo timbrazo, el joven artista ya se encontraba bajando por el ascensor llegando a donde estaba el dichoso automóvil.

Con un movimiento de cabeza, el apuesto conductor le indicó que ingresara al asiento de copiloto.

—¿Esperó mucho?

Yunho negó con la cabeza, hizo rugir el motor, acelerando a la avenida.

En el restaurante, el mayor no podía apartar la vista de su acompañante. Le recordaba tanto a esa persona, incluso en algunos ademanes eran parecidos.

—Pide lo que quieras, yo invito.

—¿Lo que sea? —bajó el menú dirigiéndose al más alto, retomó la lectura notando los precios un tanto elevados. Mordió sus labios tarareando una melodía decidiéndose por un platillo no tan caro, le daba pena pedir algo más costoso de lo que él mismo pudiese pagar. — ¿Crees que los pastelitos de arroz estén picosos? No suelo comer mucho picante.

Karam no come picante, Jaejoong sí.

—Puedes probarlos. Si no te gusta, cambiamos el plato. ¿Karam?

—¿Sí?

—¿Quieres ir a mi casa?

Differences [Yunram]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora