Lucha Contra el Destino (Akihiko x Hiroki)

CAPITULO 3 Malos entendidos que llevan a un error.

---Hiroki---

Me sorprendió tanto que Akihiko tuviera un amante, a pesar de nuestra "relación" soy su amigo, y por lo menos me hubiera dicho que ya tenía a alguien, supongo que esa persona aun no lo deja "acercarse" por eso se desahoga conmigo...

Realmente es cruel...

Duele tanto...

-Entonces Hiroki, ¿Qué te gusta hacer?
-Pues, -me quede pensando- me gusta mucho leer y salir a museos u obras de teatro.
-Interesante. –se acomodó los anteojos.

Y a pesar que me trajo solo para no hacer quedar mal a su padre con esta reunión me dejo a solas con su hermano Haruhiko, en verdad es de lo peor.

-¿Te gustan los acuarios?
-Sí, -lo mire- me agradan mucho.
-Entonces déjame llevarte mañana a uno, bueno no sé si quieras.

Mi mirada se encontró con la de Akihiko, me miraba con suplica, con ¿ternura? Decidí mirar de nuevo a Haruhiko.

-Claro, me encantaría.
-Gracias por haber aceptado.
-Y tú Haruhiko, ¿Qué es lo que te gusta hacer? ¿Algún sueño?
-Pues, -suspiro- me encantaría ejercer mi carrera como arquitecto.
-¿Y por qué no lo haces?
-Alguien debe encargarse de los negocios familiares.
-Pero, ¿por qué? deberías hacer lo que más te gusta.
-No tengo opción Hiroki.
-La tienes, -tome su mano- no deberías dejar que nada ni nadie te quite tus preciados sueños, si realmente quieres ser un arquitecto lucha por ello.
-Eres... -me miro.
-Lo siento, -quite mi mano- apenas nos vamos conociendo y ya te estoy incomodando.
-No es eso solo que, -sonrió- nadie me había dicho algo como lo que dijiste tú, en verdad me impresionas mucho.
-S-Solo digo lo que pienso.
-En verdad eres increíble Hiroki. –tomo mi mano y la besó.
-Bueno nosotros nos vamos ya. –comento Akihiko tomando mi brazo.
-¿Qué crees que haces Akihiko? –gruñó su padre.
-Nada, solo que Hiroki debe terminar un ensayo.
-¿Sí? –lo mire.
-Sí.
-Entonces, -se levantó Haruhiko- pasaré por ti como a las 4.
-No hace falta, -lo mire- nos vemos a las 4:30 en la entrada del acuario.
-Perfecto.
-Veo que se llevan muy bien. –comento Fuyuhiko.
-Es verdad, -sonrió Haruhiko- Hiroki es impresionante, una gran persona, perfecta diría yo.
-No es para tanto. –comente.
-Nos vemos después. –murmuro Akihiko y me llevo hasta la entrada.
-Espero tenerte de vuelta Hiroki. –sonrió Fuyuhiko.
-Claro que sí.

Akihiko me llevo hasta su deportivo, se le notaba algo molesto y cuando le pregunte solo dijo que no tenía nada.

-A veces no te entiendo, eres impredecible. –mire por la ventana.
-¿De qué tanto hablabas con mi hermano?
-De nada interesante.
-Sí claro, -dijo sarcásticamente- pues se veían bastante cómodos.
-Akihiko, ¿Qué diablos te pasa?
-Nada.
-Como sea.
-¿No me lo dirás?
-Solo platicábamos de nuestros gustos, nos estábamos conociendo Akihiko.
-Tanto que tendrán una cita.
-No es una cita Akihiko, además no tengo porque darte explicaciones.
-Claro que sí.
-¿POR QUÉ?

Él se quedó callado y suspiro.

-Quiero que me dejes en mi departamento tengo mucho que hacer.
-Hiroki yo...
-Sí valoras nuestra amistad haz lo que te pido.
-Está bien, pero puedo quedarme ahora contigo.
-Lo siento pero debes cumplir con un libro.
-Lo he terminado.
-Hablo de los otros.
-Los puedo entregar después.
-¡Akihiko! –lo miré.
-Está bien.

Me llevo hasta mi departamento y cuando estaba a punto de bajarme de su auto tomo mi brazo y me beso apasionadamente.

-¿Nos vemos mañana?
-Lo siento pero...
-¿En verdad irás con mi hermano?
-Sí, -suspire- ya quede con él.
-No vayas, -tomo mis manos- no lo hagas, quédate conmigo.

Siento muy raro la forma en como me habla, como me mira, sus manos cálidas, su aroma todo él me encanta.

-No puedo.

Me baje del auto y me fui corriendo hacía mi departamento, al llegar me encerré en mi habitación y me deje caer en la cama.

No quiero hacerme ilusiones, no quiero pensar más de la cuenta, no puedo estar así, yo soy solo su amigo con derechos, solo eso, además él ya tiene un amante, no podemos seguir así, debemos tomar distancia, aunque eso me parta mi alma.

Espero él pueda ser muy feliz, en verdad se lo deseo.

-Bakahiko, a veces eres tan cruel...