Sin dudas para Keith era una curiosidad ver a esa joven pareja en el bar sin tener que estar de incógnitos, ya como adultos ante la ley, pero por otro lado, no tardó demasiado en concluir que para su corta edad, esos dos chicos deben haber vivido una aventura, un problema, y demás experiencias que prefiere no imaginar.
Esas conclusiones no quitaban la incomodidad de tenerlos cerca como potenciales compañeros de borracheras.
—¿Así que...la señora de la casa lo dejó fuera? —bromeó Jake.
—Mas bien me dejé solo. Yo cerré, y me quedé en el exterior, sin lugar a dónde ir.
—Y nada más apropiado a un día de la boda que visitar una cantina barata —Allyson señaló.
—¡Toma ya! ¡Lo sé! ¡La recajeteé aquí! —gritó llevando sus palmas abiertas a su frente.
—Bueno compañero, ya sabes que las chicas son muy sentimentales y en ocasiones explotan sin querer —Jake dijo.
—Tú me estás dando una gran razón para explotar —la pelirroja advirtió con sus brazos cruzados.
—Ay, no tomas ni un chiste colorada, ¿qué no ves que nuestro amigo, tu padrastro aquí necesita apoyo?
—Ya, ya, no creas que lo tomé tan en serio. De todas formas, Keith, ¿por qué se metió en esto otra vez?
—Me metí en esto porque...olvidé un detalle importante —el puede-que-sea-novio-puede-que-no—, pero está relacionado con el primero de diciembre, en nuestro último año en Hopewell High.
—¿Un detalle importante? —la pareja preguntó.
—Aparentemente es algo vital, algo que hizo que todo este evento se planeara para el agradable y cálido clima del diciembre canadiense...
—¿Y ese detalle importante es..? —Allye cuestionó.
—¡Es qué no lo sé! —azotó la barra chocando su cabeza contra su superficie.
Era un atolladero emocional del que parecía no existir salida aparente, pero en instantes Keith confirmó una vez aquella verdad de la vida que cuándo una situación parece ser tan mala de la cuál no puede existir modo en que se caiga más bajo, de algún modo, se las arregla para encontrar forma de lograrlo.
—¿No lo recuerdas? —escucharon los tres de un hombre acercándose desde una esquina oscura del bar.
—No puede ser —Allye murmuró tras voltear.
—H-hola...hola pequeña...
—¿Padre?
—No sé que sea más incomodo: que me llames así, dado que no estoy acostumbrado a escuchar esa palabra, o el hecho de que no esté acostumbrado a escuchar esa palabra.
—¿Él es tú padre, rojilla?
—Sí Jake...él...bueno, ahora que él mismo lo menciona, no creo que “padre” sea un titulo que sea justamente merecido.
—Haz crecido mucho.
—¿Qué haces en la ciudad?
—Tenía un viaje de negocios, y...en realidad, técnicamente ya debí haber salido de Toronto, pero mi vuelo se retrasó y quise quedarme un par de días extras y...
—¿Te paseaste por la cantina?
—¿La cantina? ¿Pero tú no estás también aquí?
—¡Yo ya soy una mujer adulta! —Allyson subió el volumen de su voz —. ¿Y qué vas a hacer de todos modos? ¿Decirle a mi padre? ¡Lo más cercano que he tenido a un verdadero padre está en la barra!
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Casarse en Diciembre
ChickLitAllyson Martin es una estudiante de primer año de universidad que sobrevivió al reto más grande de su vida hasta ese momento: el primer semestre. Pero las vacaciones de invierno la llevaran a uno aún mayor: ayudar con la boda de su madre con un viej...