Marine mystery

One

Me llamo Marina, tengo 16 años. Como podrán adivinar por mi nombre, vivo en el mar y soy una sirena...pero no una sirena cualquiera, yo puedo convertirme en lo que quiera cuando quiera; ¿Porqué? Se preguntarán...

Verán, hace 16 años a un gran científico se le ocurrió la brillante idea de clonar a una sirena con un ser vivo de laboratorio, que puede ser creado, pero no destruido, y que, ahora que lo recuerdo, lo descubrieron en el año 3025; es gracioso, ya que tardaron mucho en descubrirlo y aún más en crearlo, cuando hoy en día, en el año 4580, hay muchos de ellos en el mar y es completamente normal.

En fin, solamente se logró hacer esta clonación una vez, porque al hacerlo, la ciudad entera en donde lo hicieron explotó por completo y yo, yo logré escapar...
Por el mar se susurra que soy la criatura más poderosa del mundo y la mas valiosa, pero también la mas maligna y peligrosa...se dice que puedo matar a cualquiera que se interponga en mi camino. La pregunta es...¿Cómo lo supieron?

Vivo sola y escondida entre las profundidades, ya que no quiero lastimar a nadie y...hay solo una cosa a la que le temo.
El único mito que se compara con el de mi existencia, es sobre la existencia de un ser aún más maligno que yo y se dice que si alguna vez nos encontramos o nos desafiamos, pasará tal catástrofe que terminará con el mar entero... Y eso, eso es por lo que yo haré lo posible por evitar.

Salgo todas las mañanas muy temprano para que nadie me vea, voy a explorar el mar, a hablar con los peces y por supuesto, la única que esta despierta a esta hora, a las 4:58 am, mi mejor amiga. Su nombre es Laurel. Es la única que no me teme y no sé que haría sin ella...ella es un ser fantástico, no se puede denominar como algo en especial, su piel es suave y dorada, sus ojos rojos como un rubí y es muy bella, el mar entero desea casarse con ella. La única desventaja que ella tiene, es que no puede exponerse al sol, su piel es tan delicada que solamente puede salir tan temprano como yo o de noche, por las tardes, ella vive debajo de una gran roca, donde tiene mas amigos iguales a ella, por eso, solo la veo por las mañanas.

Esta mañana salí como de costumbre y sorprendentemente, no había nadie en el océano, ni un pez; ni siquiera Laurel había salido a nadar o a comprar manzanas como siempre lo hace. Era bastante raro, pero no le tomé importancia...¿Qué podré hacer hoy? Definitivamente descarto la idea de ir a casa, es mi única oportunidad de salir en todo el día...¡oh es cierto! Puedo convertirme en el ser que quiera como lo olvidé...cierro mis ojos para pensar e imaginar en todo lo que podría ser... ¿Un humano? ¿Un ave? ¿O talvez un hada? Rompen rápidamente mis pensamientos unas aletas más frías que la nieve que cubren mi rostro...de repente, me doy cuenta de que estoy en un gran saco, sin salida alguna.

¡¿Qué está pasando?! ¡Quien eres suéltame!
Pero nadie responde...solamente escucho la respiración de un ser que parece ser muy fuerte...la curiosidad me está comiendo tengo que saber quién es...rápidamente con mis uñas comienzo a rasgar el saco violentamente, hasta que logro abrir un hueco en él. Me asomo por la pequeña rasgada y logro ver a un gran tiburón con dientes afilados que al parecer está disfrutando raptarme.¿Pero qué es lo que te pasa? ¡Yo puedo destruirte sabes eso!
-Tranquila princesa- lo escucho susurrar –Ya estamos aquí-
Intento mirar a mi alrededor, pero el hueco es muy pequeño como para lograr observar lo que hay allá afuera...

-¿La tienes?- escucho a alguien decir con una voz entre grave y aguda...
-Sí jefe tal y como lo pidió-
¿Que? Que es lo que está pasando...Una vez más no hay lugar para mis pensamientos y mueven bruscamente el saco en el que estoy, alcanzo a ver que el gran tiburón me entrega a unas manos de piel blanca, mucho menos grandes y fuertes que las aletas del tiburón... ¿Cómo es que un ser tan pequeño pueda mandarle a uno de doblemente su tamaño? Y ¿¡a dónde me llevan?! Grité, pero a la persona que ahora me carga parece no importarle mi opinión en lo absoluto.