Mitades [FreddyxGoldenxFred] FNAFHS #SAVEGOLDDY [Pausada]

Capítulo 5: Estoy buscando...

Aún no había procesado aquella situación. Sus labios estaban quietos, casi helados, mientras los tibios contrarios se movían poco a poco sobre ellos.

Golden le estaba besando.

Los estaba besando.

<<¡Freddy, reacciona!>> Gritó el castaño oscuro en su cabeza.

Reacciona.

<<¡No puedo!>>

Muévete.

<<¡¿Qué haces?! ¡El beso se está alargando!>>

Tibios.

<<¡No sé qué hacer!>>

<<Déjame a mi>> Exclamó el muchacho de pupilas blancas.

Sin más que decir, tomó el control.

— ¡Aparta! —Exclamó segundos después de empujar al de pelo rubio.

Este solo se mantuvo en silencio, mirándole sin expresión.

El de ojos ahora negros frunció del ceño. Tampoco quería herir al rubio, pero no quería más roces. No después de esa noche que les había dado dolor de cabeza tanto al de ojos azules como a él.

Ambas personalidades se sentían raras, inquietas. Por unos segundos, Fred tuvo un flash. Un escalofrío recorrió su columna, y sintió calor.

Mucho calor.

— Eres Fred, — Comenzó a hablar el de ojos grisáceos — ¿Verdad?

— Por supuesto. No quiero que nos toques más. No quiero. ¿Lo has oído?

...

Silencio.

Una mueca de tristeza se formó en el semblante ajeno.

Por un segundo, Fred se sintió mal.

<<¡¿Qué haces?! ¡Tu no tienes nada de delicadeza, vas a arruinarlo todo!>> Le reprochó el de ojos azules, dentro de su cabeza. <<¡Vas a hacerle daño!>>

<<¿Qué más te da? ¡El caso es que nos deje en paz, Freddy!>>

<<¡No! ¡No quiero que se aleje!>>

— ¿Y Freddy? — La voz de Golden le sacó de su pelea, recordándole su situación.

— Él opina lo mismo. —Le dijo, con una socarrona media sonrisa.

— No te creo.

— Fue el alcohol, Golden, acéptalo de una vez.

— ... ¿Ah, sí?

— Totalmente.

— Entonces no sientes absolutamente nada al besarme.

El contrario hizo una mueca.

— Nada.

— Bien.

— Pues eso. — Reclamó, cual niño pequeño, Fred.

— Bésame. — Le retó, con voz algo brusca, el más alto.

— ¿E-Estás tonto? ¡Te he dicho que no!

Los brazos del rubio empujaron al castaño contra la pared, sujetando con fuerza sus hombros.

— ¡Si no sientes nada al besarme, podrías hacerlo tan campante! ¡Tú ni si quiera eres Freddy ¿huh? No me conoces, así que es incluso mejor! — Exclamó, con un toque enojado en su voz.