-¡Samantha, se te está haciendo tarde!- se escuchó desde la planta baja pero no hubo respuesta por lo que su madre se vio forzada a subir.
¿Samantha?- Se escucharon tres golpes pero nadie contestó y sin dudarlo giró la perilla observando a la muchacha que aún dormía plácidamente en la cama.
Las sábanas y almohadas se encontraban regadas por el suelo mientras la joven tenia una posición como si de un bebé se tratase. Desde muy pequeña solía dormir de esa manera y no se distinguía cambio alguno. La madre no pudo evitar sonreír al ver cuanto había crecido su hija aunque a la vez se llenaba de nostalgia por todo lo que había sucedido.
-Samantha- volvió a llamarla mientras la tomaba de los pies y jalaba hacia ella.- Samantha... ¡¡despi..er..taaa!! Hoy empiezan tus clases... no puedes llegar tarde.
La joven se movía como una niña que no quería despertar y mucho menos levantarse.-Un ratito más mamá, por favor.
-¿No piensas ir a clases? estuviste todo los meses molestando y hoy ,que por fin comienzan tus clases, te resistes. Anda, levántate de una vez-decía mientras tiraba de sus piernas.
-ohhhh... es cierto-Se levantó de golpe haciendo que su madre pierda el equilibrio y caiga sentada en el piso lo cual no notó por lo ensimismada que estaba. -Hoy comienzan mis clases, por fin- estiró los brazos como celebrando. Por fin había llegado el día.
-Oye, que esperas para ayudarme...Ay!
-Lo siento mamá, fue de casualidad- de inmediato la ayudó.
-No te preocupes- lo dijo en forma de queja- Más bien apresúrate que ya es tarde.
-Ehh?- miró el reloj de su mesita.- Mierda...- susurró tan bajo que su madre no pudo escucharla. Se sentía cansada debido a que a alguien se le había ocurrido golpear objetos la noche anterior y lo peor es que su alarma había sido apagada.
-Te esperaré abajo, apresúrate hija- le dijo su madre mientras salía de la habitación.
Iba a llegar tarde, maldición. Debía apresurarse en el poco tiempo que le quedaba aunque la noche anterior había alistado todo y estaba casi lista.
Se dio una ducha rápida, se vistió con la ropa que había separado una noche anterior y bajó corriendo por las escaleras.-Buenos días papá- estaba sentado en la mesa leyendo como todas las mañanas.
-Buenos días hija- respondió quitándose el periódico del rostro.- Que bien te ves hoy Sam.
-Gracias, tu te ves muy elegante Tom.
Lo había llamado por su nombre y a él no le molestaba. En realidad era su padrastro pero lo quería como un padre, un amigo o un maestro de la vida. Había estado con ella cuando más lo necesitó.
-Hey Samy, ¿no crees que está muy corta esa falda?- dijo su hermano mientras salia de la cocina con un tono algo irritado.
-No empieces Guff, por favor- le dio una mirada desafiante. Le resultaba molesto lo sobreprotector que era y lo peor es que ella era la mayor.
-Pero mira como está...- dejó las palabras al aire mientras señalaba con sus manos cuando su madre habló.
-Guff, tu no lo vas a entender hijo. Yo creo que está muy bien; hay que causar una buena impresión ¿Verdad hija?- Le guiñó el ojo haciendo que Samantha se sonrojase.
Seria dificil controlar sus emociones ya que se sentía estúpida para socializar, habían pasado 5 meses desde que tenía conciencia. Pero claro, intentaría volver a sus años de gloria donde era el centro de atención y hacia muchos amigos.
Mientras tanto ya se había armado una discusión entre su madre y su hermano pidiendo la opinión de su padre. Le pareció algo graciosa la situación hasta que alguien más a la habitación y se sentó en la mesa junto a su padre.

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Alma en soledad
FantasySamantha estuvo involucrada en un accidente automovilístico que acabó con la vida de todos los pasajeros excepto con ella . Es así como se convirtio en la chica de primera plana: "aparatoso accidente deja solo una sobreviviente", "joven cae en co...