ENTRE BESTIAS - Parte I - Hijo del Bermellón [COMPLETA]

3.9

¿Sabías que los pH de tus axilas izquierda y derecha son distintos? ¿Entonces, porque usar un sólo desodorante? Desodorantes duales No-puff, porque entendemos tus axilas como nadie más lo hace. Cole despertó a Malcom pasado el mediodía. Había dormido sumamente profundo por el cansancio que había acumulado durante su viaje, y sentía como si un camión de cemento había pasado por encima de su cuerpo.

- Siento tener que despertarte, - dijo Cole con una sonrisa - pero ya va siendo hora de tu entrevista con la realeza.

Malcom lo miró desconcertado. ¿Cómo lo había hecho Cole para arreglar la entrevista con el Payaso tan rápidamente?

- ¿Quieres saber cómo arreglé tu entrevista con el Payaso? - preguntó Cole con una agudeza que rayaba en lo telepático. Malcom asintió con la cabeza - bien, entonces, lávate y come algo mientras te cuento.

Después de una ducha rápida, y de sacar la última camisa limpia que quedaba en su bolso, se sentó en la mesa para oír la explicación de Cole.

- Pude averiguar, - comenzó Cole - que ésta misma noche el Payaso sostendrá una fiesta con unos mil invitados, gracias al Acuerdo de Transparencia uno puede ver los gastos que realiza el gobierno en el Sistema computarizado global. Ahí pude averiguar cuál es la empresa banquetera que abastecerá la fiesta. Entrar a su sistema fue muy sencillo y ahí pude ver todos los empleados que trabajarán esta noche: meseros, cocineros, limpieza, etc. Busqué uno con cara enfermiza y me encargué de que no aparezca esta noche.

Malcom miró a Cole con una expresión de curiosidad.

- Tranquilo, le dí el dinero que pensaba ganar esta noche, - Cole guiñó un ojo – no asistirá al trabajo y dirá que se enfermó.

Malcom sonrió en complicidad.

- Luego, - continuó Cole - ingresé a su currículum en la base de datos de la compañía de banquetes y cambié su foto por la tuya, la cual obtuve de la base de datos de justicia. Además, tu implante ayudó mucho. El sistema de reclutamiento te otorgó muchísimos puntos extra por eso, les da seguridad.

Malcom seguía prestando la mayor atención. Novell, la mejor afeitada.

- Te llamaron durante la mañana, - terminaba Cole con una sonrisa. Malcom instantáneamente pensó que la llamada venía de Rhor, luego se percató de que ésta idea era insensata, nadie en Rhor sabía dónde estaba él - contesté yo, me hice pasar por tu tío y aseguré que estarás allá. Estamos justo a tiempo para salir. Así que traga eso y vamos. Es un viaje algo largo.

- ¿A dónde vamos? - pregunto Malcom mientras tomaba su chaqueta.

Ambos salieron a caminar por las calles de la Ciudad. Malcom seguía a Cole de cerca mientras éste le explicaba un mundo que le parecía que jamás llegaría a compartir.

- El Payaso habita en el centro de la Ciudad, - dijo Cole - las calles de la Ciudad están distribuidas en círculos concéntricos y desde el centro mismo de la Ciudad salen grandes avenidas radiales, formando una especie de tela de arañas.

- Una configuración bastante apropiada, - dijo Malcom - para ser un lugar del que casi no se vuelve. ¿No hay algún medio de transporte mecánico?

- ¿Para llegar hasta el Payaso? Absolutamente nada. El sistema no te facilita las audiencias. Si quieres llegar hasta él tienes ir por tus propios medios

- ¿Y no tienes vehículo?

- Hasta ahora no había necesitado uno - devolvió Cole sin apartar la vista del camino.

Caminaron por una amplia avenida en cuyo centro había árboles y tramos de pasto. Los vehículos zumbaban a su alrededor y mientras el día comenzaba a dormirse lentamente, las luces de la Ciudad empezaban a prenderse. Malcom no pudo evitar sentir que estaba malgastando el tiempo de su gente en Rhor.

- En el centro de la tela de araña es donde está la Primera Casa, que es como le dicen al Palacio del Gobierno, – continuó Cole - del cual el Payaso rara vez sale o se asoma. Solamente muy de cuando en vez para hablar con la turba que se apega bajo su ventana por un autógrafo o una foto o esperando que les salpique un poco de baba.

Malcom trataba de mantener la atención sobre Cole, mientras se maravillaba de la Ciudad a su alrededor. Cole sabía que libraba una batalla constante con el inductor de Malcom y ocasionalmente subía su tono de voz y le tocaba un hombre para recuperar su atención.

- Desde el palacio, - continuó - él dirige a sus colaboradores, a lo cuales me gusta llamar el circo. Los preside en forma absoluta, indicándoles cuáles obras sociales deben y no deben apoyar. Dirige incluso la falsa oposición a su gobierno. Un grupo de actores más que servidores públicos, que se enfrascan en peleas triviales para obtener la atención de los medios, charadas elaboradas para hacer creer al pueblo que tiene la posibilidad de elegir. Las pocas veces que sí discuten algo se transforman en verdaderas peleas de ego, que no ayudan a nadie excepto a ellos mismos. Sea como sea, siempre ponen cualquier cosa antes que el bien de la gente. Parecen gobernar para el bien común, pero todo es mentira, gobiernan para ellos y sus amigos.

Malcom sintió una tremenda ira por la injusticia que describía Cole. Luego recordó que su inductor probablemente era la causa. Pues nada de eso parecía ser problema de Rhor. Luego, por alguna razón, quería comprar un saco de dormir.