☾ PARTE ÚNICA ☽

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Lisa entrelazó sus dedos con los de Chaeyoung mientras esta última seguía dormida. Le gustaba observar a su novia cuando estaba en su estado más profundo de relajación. Sus rasgos se suavizaban y parecía que volvía a ser la chica de 16 años que conoció cuando su madre la obligó a asistir al coro de la iglesia.

Pero aquello había quedado atrás hacia mucho tiempo.

La culpa aún estaba apresada en su pecho. Se odiaba a si misma cada mañana al despertar al ver el lugar en el que se encontraban. Todo era por su causa, todo pasó porque ella había insistido en enamorarse de Park Chaeyoung.

Quiso evitarlo un montón de veces, quiso arrancarse aquellos sentimientos del pecho para dejar tranquila a la colorina. Pero no, su estúpido corazón e impulsos la hicieron acercarse a ella destruyendo todo a su paso.

No pudo evitar que las lagrimas corrieran por sus ojos.

¿Cómo no sentirse culpable si le había quitado todo a Chaeyoung por tener sentimientos hacia ella? Jamás se podría perdonar a si misma, pero debía ser fuerte por su chica. Si se desmoronaba Chaeyoung también lo haría y no podía permitírselo. Ella era su pilar así que actuaría como tal. 

Deposito un beso en los labios de su novia y fue a ducharse.

A veces pensaba en todas las cosas que habían cambiado desde hacía seis meses, jamás se imaginó que llegaría al punto de no contar con el apoyo de nadie más que Chaeyoung. Estaban por su cuenta en una ciudad extraña tratando de sobrevivir y llevar una vida lo más normal posible, Lisa tenía un trabajo en una pequeña tienda que cubría el arriendo de la cabaña en la que vivían mientras que Chaeyoung trabaja medio tiempo en una librería para abastecer los demás gastos.

Se podía decir que ahora las cosas marchaban bien, porque los primeros meses ni siquiera tenían algo para comer a causa de la huida repentina.

Miro a Chaeyoung en la cama una última vez y salió de la casa para no llegar tarde a su trabajo. Extrañaría a su novia esas seis horas en las que estaban separadas, se acostumbro tanto a tenerla cerca que ahora no podía pasar más de cinco minutos sin quejarse de su ausencia. Pero debía hacerlo, la única razón por la que trabajaba era para entregarle una buena vida a Chaeyoung.

La amaba profundamente y lo hizo casi desde la primera vez que la vio. 

En ese tiempo su familia era nueva en la ciudad y como personas devotas que eran lo primero que hicieron fue visitar la iglesia más cercana que hubiese. A Lisa no le interesaba en lo más mínimo ser parte de una congregación pero para no tener problemas con sus padres decidió no decir nada, más que mal el motivo de su tan repentino cambió de ciudad fue porque descubrieron que a ella le gustaban las chicas y no querían ser el hazme reír del barrio.

Ese Domingo llegaron a la iglesia y se sentaron bastante adelante. Lalisa procuro tratar de no quedarse dormida durante el sermón pero fue casi imposible, el único momento en que de verdad estaba poniendo atención fue cuando el coro empezó a cantar porque podía jurar que un ángel se había echo presente en el lugar.

Sí, era Chaeyoung.

Ella era el único motivo por el que se levantaba temprano los domingos para ir a la iglesia. Siempre la miraba de lejos, era preciosa. Le parecía que venía de otro planeta, era imposible que una chica fuese tan bella. Así paso un mes de espionaje secreto y suspiros al aire, jamás se atrevió a hablarle, sabía que no tendría oportunidad con ella que era una chica de iglesia y seguramente igual de homofobica que sus padres.

Un día mientras esperaba a sus progenitores en las afueras de la iglesia fue ella la que se acercó a hablarle. Lisa casi se desmaya al escuchar su voz tan cerca suyo, no estaba preparada para ese contacto.

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⏰ Última actualización: Nov 26, 2016 ⏰

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Palace ☆ Chaelisa OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora