“Hola cariño, soy yo. Solo quería llamar para decirte que te amo mucho. Quiero que sepas que eres mi princesa, eres digna de todo el amor del mundo. Eres el amor de mi vida”. Escucho una vez más el mensaje de voz que ha dejado en mi celular un día antes de descubrirlo en su sucia mentira.
“Dijiste que me amabas, yo dije que te amaba también. ¿Qué paso con eso? Todas las promesas y planes que teníamos. Dime ¿qué paso con eso?”.
Y ahora puedo comprender que todo lo que me había dicho es mentira, que siempre fui la estúpida chica que creyó que él estaba enamorado. Y aunque quiera olvidarlo, este amor siempre me recordara a él, a mi, a nosotros.