Los Juegos del Hambre: La Historia Continúa

                                                 CAPITULO I

Estoy sentanda en la orilla de mi cama, con un horrible dolor de cabeza, mis manos empiezan a temblar y se que un ataque de nervios esta a punto de empezar en mi, esto pasa desde la rebelion, desde que murió Prim, desde que Peeta ya no es el mismo y todo empezo por mi truco de las bayas en la arena en mis primeros Juegos, solo por tratar de mantener a Peeta y a mi con vida y al mismo instante de regresar con mi hermana, mi madre y Gale, pero eso ya no es así. Odio a Gale más de lo que odie a mi mamá cuando murió mi Padre, fué su culpa, fue su mania de acabar con los sádicos trucos del Presidente Snow lo que mató a mi hermana, lo odio por eso, habia manera de acabar con los Juegos, con el Capitolio pero el queria guerra, queria que todos vivieran lo mismo que nosotros.

Me llevo las manos a las cienes empezando a recitar todo lo que puedo recordar para evitar desmayarme en el ataque nervioso << Me llamo Katniss, tengo 17 años, estube en los Juegos, escape, Prim esta muerta, mi madre se fué, el Distrito 12 es destruido, solo quedo la Aldea de los Vencedores , estan reconstruyendo todo...>>. Una vez que el ataque pasó me levanto de la cama y voy al baño y me ducho, cuando salgo de la ducha me visto y salgo de mi cuarto bajo las escaleras y veo a Sae en la cocina preparando algo que seguramente es mi desayuno, pero hay algo más que me llama la atención: el olor a pan recien hecho. Peeta ya empezó a hacer Pan, eso me pone de buen humor, eso significa que Peeta ya esta mejorando y no ha tenido flashbacks, talvez ya no con la misma frecuencia que los tenía en el Distrito 13.

Me siento en una silla del comedor y Sae me pone un plato lleno de Huevos fritos y un plato aparte con fresas que recogí ayer en el bosque.

- ¿ A qué hora llegó Peeta?- pregunto.

- Se fué un minuto antes de que te metieras a duchar- dice Sae.

Eso pasa muy seguido, todos ya tenemos nuestra rutuna: Peeta hornea, yo cazo, y Haymitch esta sobrio, e irrita la mayoria del tiempo, pero la rutina nos va bien a todos, sobre todo, porque no hace olvidarnos de nuestros problemas.
Desde que regresé siento como si pudiera empezar de nuevo, pero no lo creo ya que niguno de nosotros va a volver a ser el mismo

-Sae, ¿por qué no vas a casa con tu nieta?, hoy no tengo mucha hambre y quiero ir  al bosque. Necesito aclarar algunos pensamientos.

-Como quieras niña, solo no se te olvide llamar al Doctor Aurelius.

Asiento, mientras veo como se marcha y cierra la puerra.

Subo a mi cuarto por mi arco, y carcaj de flechas y me largo al bosque. Estoy en la alambrada, cuando noto que alguien me mira antes de cruzar: es Karl, un antiguo amigo y vecino de la veta. Me volteo y lo saludo, antes de perderme en lo mas profundo del bosque.

Estoy lo bastante adentro, como para ya no ver la neblina que rodea la veta. Estoy en el lugar donde antes era el de encuentro con Gale, y noto como se me hace un nudo en el estómago. Corro tratando de disipar las lágrimas y llego a el pequeño lago.

No tomo nota de cuanto llevo sentada observando el lago, pero cuando me paro, noto un pequeño hormigueo en las piernas de tan entumecidas que estan. De regreso me topo con un zorro que lo cazo de un tiro y lo llevo a intercambiar a la carniceria con Rooba.

De regreso en mi casa oigo voces en la cocina, y se que Sae regresó para prepararme la cena, pero no esperaba que hubiera invitado a Haymitch, ni mucho menos a Peeta, que y esta mucho mejor desde que lo vi cuando regresó al 12.

-¿Cómo ha estado tu paseo, preciosa?-dice Haymitch cuando se da cuenta de que aviento a la sala mi arco y mi carcaj

-Igual que siempre, Haymitch- respondo demasiado seria -mejor limitate a beber, en vez de preguntarme cómo esta mi día.

Se que estoy respondiendo de muy mala gana a Haymitch, pero es la verdad, no necesito a nadie que finja que esta interesado por mi, cuando no es cierto.

Comemos en silencio pero es Peeta quien rompe el silencio.

-¿Cómo sigues Katniss?- Pregunta

-Como cabría esperar- respondo demasiado fria

Terminamos en silencio la comida mientra le digo a Sae que que no se moleste en limpiar, que yo lo hago, y que nos vemos mañana. Peeta y Sae se van, dejandome a solas con Haymitch. ¡Genial! ahora tengo que aguantarme sus sermones de porque no contesto las llamadas de Aurelius, ni de mi madre, ni de el.

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