Parte 1 Sin Título

2 0 0
                                    


—Hola, Samanta. Que hermosa estás hija, a partir de este momento tendrás una buena vida y nunca te faltará nada; mira, saluda a mamá, está igual de feliz. Tanto como yo.

—Que linda, hijita. Estoy tan emocionada de verte crecer, de verte reír, de verte correr, de verte despertar, sonreír y jugar a dañarlo todo, aquí está tu padre, aquí estoy yo, aquí está tu familia.

Aún recuerdo lo que dijeron mis padres cuándo nací. Fueron tan importantes que recuerdo cada palabra que salió de sus bocas, cada noche, cada mañana lluviosa. Recuerdo aquellas voces, mientras observo el cielo desde mi techo. Realmente me parece extraño, ¿porque tanta sobreprotección?, me hace sentir imponente, encerrada, ahogada. Recuerdo, antes de subir al techo, al lado de la ventana de mi habitación, el calendario, con ese hermoso paisaje de vacío y tiempo, que tenía plasmado sobre el, el número 10 de septiembre. Faltában cinco días, para celebrar el nacimiento de esas promesas rotas y vacías, que pronunciaron mis padres hace 18 años.

 Faltában cinco días, para celebrar el nacimiento de esas promesas rotas y vacías, que pronunciaron mis padres hace 18 años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Escuché el reloj de la sala, retumbar como eco por toda la casa. Eran las 6:00 pm , y sonreí porque sabía que la noche, mi progenitora, estaba cerca. Decidí pasar el tiempo ahí arriba, después de todo, subirme al techo era mi única escapatoria, un refugio, dónde podía ser mi yo invisible. Dónde podía observar ese hermoso paisaje que me hacía sentir. Dónde me cuestionaba, y preguntaba tanto, ¿Porqué no se me permite cruzar la reja, o acercarme un poco a ella?. El Wind Dragon, quedaba detrás de mí casa. ¿Porqué, si mis padres temían de ese bosque, habían decidido ubicar su hogar detrás de él?, ¡No tenía sentido!, Y por eso me gustaba. 

Cuándo me dí cuenta, ya estaba arropada por ese arruyo de estrellas. Realmente al tiempo le gusta correr,  hace una carrera diaria contra la vida, y la muerte. Así como nosotros.

11:50 pm. ¿En qué momento pasó tanto tiempo?

Un escandaloso ruido interrumpió mi pensamiento, me pareció extraño, se supone que a esta hora todos están durmiendo, así qué, siendo enemiga del tiempo, decidí correr hacía la ventana para entrar a la casa y bajar por las escaleras lo más rápido qué pude. Intenté no hacer ruido al abrir la puerta, pero fue inutil, siempre tan torpe. Golpeé mi frente levemente con una palmada, esa rechinante puerta pudo haber despertado a mis padres, los cuáles, inmediatamente, por costumbre, irían a buscarme. 

No quice cerrar la puerta, 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 11, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

InviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora