7: Deudas

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Actualidad...

Ellie

No voy a recibir un no por respuesta, mi amiga está en peligro por mi culpa y tengo que ir a salvarla. Subo al auto, Jayce acepta mi pedido, aunque parece que ahora le debo algo y por la cara que pone, mejor no imaginármelo.

Maldito pervertido.

Estoy cayendo en un abismo de perversión del que no puedo escapar y si esto sale bien, tendré que firmarle ese contrato. Si me sigo endeudando y juntando con este hombre, no sé ni lo que pueda pasar.

Estaciona el auto delante del prostíbulo y luego me mira.

―Si vas a venir, debes estar preparada ―exclama seriamente.

Saco de mi cartera mi arma.

―Lo estoy.

Sonríe.

―Esa es la actitud, aunque... ―Se acerca hasta mí y toma mi mano. Siento su tacto que eriza mi piel, mueve mis dedos junto con la pistola, ocultándola entre mi ropa―. Es más fácil sacarla desde aquí ―aconseja y luego baja del auto.

Obvio que lo sigo.

Toca la puerta del lugar y al verme nos dejan pasar. No quiero oír, pero mientras caminamos por los pasillos, se escuchan gritos. Múltiples violaciones al mismo tiempo es una aberración. Respiro agitada y de repente me sobresalto al sentir la mano de Jayce en mi cintura.

―Tu amiga no debe estar ahí ―susurra cerca de mi oído, intentando calmarme. Gracias a eso mis nervios disminuyen, pero aun así estar aquí es horrible.

―S... sí. ―Asiento mientras caminamos.

Aunque la verdad, Jayce se toma demasiada confianza. Está bien que intente reconfortarme, ¿pero por cuánto más tiempo va a dejar su mano en mi cintura? Siento mis mejillas arder por culpa de su toque.

Abren la última puerta y me sorprendo al reconocer el rostro del morocho. Es el otro hombre que estaba en la reunión con mi padre aquel día. Aunque quien se asombra más es Jayce.

―¿Tú eres Paul, Nok? ―Rueda los ojos―. Te creía más inteligente.

Se ríe.

―No fue adrede. Están buscando la forma de llamar tu atención, me pidieron atacarte, no matarte.

¿Eh? ¿Lo atacaron? Por eso la sorpresa.

―¿Quién? ―Entrecierra los ojos.

―Tu familia, ¿los Markov son loquitos, no? ―se burla.

―¿Dónde está la amiga de Ellie? ―cambia de tema, parece que no quiere seguir hablando de ello. Mejor, esto es más importante.

―Eso ya no tiene nada que ver contigo. ―Vuelve a reír y veo como un hombre empieza a levantar su arma.

Me sobresalto, pero el castaño es más rápido y asesina al hombre antes que él, sonríe estando alegre como siempre.

―Necesitas nuevos empleados, estos se te mueren rápido ―ahora se burla Jayce.

El morocho frunce el ceño y se levanta de su escritorio, entonces camina hasta mí y me sonríe.

―Ellie Divine, ¿por qué estás con este hombre? Es peligroso, mira lo que acaba de hacer.

Me suelto del agarre del castaño y miro al morocho con odio.

―Usted secuestró a mi amiga, en lo que a mí concierne, también es una mala persona. Señor vendedor de mujer, devuélvamela ―exijo. Da un paso cerca de mí y levanto mi revólver―. He dicho, devuélvamela ―repito y no me tiembla el pulso.

―¡Huy! ―Escucho detrás a Jayce―. Ya me excité. ―Me sonrojo ante su acotación―. La señorita Divine ha hablado, yo que usted cooperaría. ―Oigo que se ríe.

Ese tal Nok o Paul, como sea que se llame, frunce el ceño.

―No ―exclama determinado y chasquea los dedos, dándole una señal a sus hombres.

En un segundo, la gran oficina se convierte en un lugar de tiroteo, y yo, junto con Jayce, nos ocultamos detrás del escritorio.

―Huy, cómo me calienta tu lado dominante ―exclama el castaño.

―Deja de decir cosas pervertidas y ayúdame a encontrar a Estefanía ―lo recrimino mientras mis mejillas arden.

―Estoy jugando porque ya sé dónde encontrarla.

―¿Cómo? ―Me sorprendo.

―¿Ves este librero? Hay una habitación detrás ―explica.

―¿Estás bromeando? ¿Cómo sabes eso?

―Porque esta es la única que no vimos y también porque tengo una igualita en mi casa. ―Mueve las cejas―. Mi cuarto oscuro, yo te invito si quieres un día. ―Me guiña.

―Cállate y abre la puerta. ―Dejo de mirarlo antes de que se me salga el corazón por la boca.

¡Qué pervertido!

Toca uno y dos libros, así que esta se abre, salimos de los tiros para llegar a una habitación más silenciosa. Enciende la luz, entonces encuentro a Estefanía tirada en una cama, estando atada. Corro hasta ella y le saco todas las cuerdas mientras llora.

―¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? ―pregunto con preocupación.

Niega con la cabeza, pero no responde más que eso, así que no sé si realmente ha pasado a mayores el problema.

―Tenemos que irnos ―acota el castaño.

Estefanía sigue en shock y no se mueve.

―Por favor, vamos ―le suplico.

Jayce se acerca hasta mi amiga y se arrodilla al ella estar sentada en la cama, para mirarla frente a frente.

―No te ocurrirá nada, yo te protegeré.

Las mejillas de la rubia se tornan en un rojo notable y queda atontada.

―Uh, sí, protégeme. ―Lo abraza.

Ruedo los ojos. Ha vuelto a ser ella misma. Con esto estoy segura que no le ha ocurrido nada. Jayce la levanta y rompe la puerta trasera del sitio.

―¿También sabías que había una puerta ahí? ―le pregunto y él se ríe.

―No, lo adiviné.

Salimos, damos la vuelta al lugar y sin que nadie más se dé cuenta, entramos a su coche, así al fin escapando de allí. En el camino, Jayce maneja y Estefanía se le queda mirando como boba en el asiento trasero, lo puedo notar por el espejo retrovisor.

¿No va a preguntar nada de lo que ocurrió? Okey, ni me gasto, lo único que le importa es el chico.

Qué estupidez.

Él estaciona en frente de mi casa y luego me observa con deseo.

―¿Qué? ―le digo―. Yo ya me voy. ―Toco la manija de la puerta del vehículo.

―Claro, dejaré a tu amiga en su casa también, pero antes quiero recordarte que me debes algo y me lo voy a cobrar mañana. ―Se relame los labios.

Quedo paralizada, casi lo olvido.

―Te firmaré el contrato, pero lo otro lo olvidas ―le aclaro.

―Eso no lo olvido, mi Lady. ―Me guiña y me bajo del auto.

Estefanía me saluda y veo al vehículo irse. ¿Cómo que mañana me lo va a cobrar? ¿Qué quiere decir con eso? No quiero que me cobre nada, menos algo pervertido, porque es obvio que no quiere dinero, eso me da pavor.

No quiero que sea mañana.

___

Y todos los demás si quieren que sea mañana, mentes pervertidas 7u7

Atte: Vivi.

Perversa Oscuridad: Orígenes [#6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora