Desperté con la luz solar pegando en mi rostro, estiré un poco mis brazos y revolví mi cabello mientras sonreía recordando lo sucedido anoche, eso realmente fue algo digno de ser recordado cada mañana al despertar.
Me despejé de las sábanas haciéndolas a un lado, estaba llena de energía, radiante y algo incómoda. Me puse de pie y mi reflejo no era algo que de lo que debía estar muy orgullosa. Anoche, al llegar a casa, me he quedado dormida con maquillaje, ropa y todo lo demás, teniendo como resultado unas horas después el maquillaje derramado, la ropa ajada y el cabello enmarañado; bostecé una vez más y sentí mi aliento en la palma de mi mano... Devastador. Necesitaba entrar al baño y no salir al menos en dos horas, y así lo hice.
Baje a desayunar saltando los escalones y mi mañana mejoró al ver a la familia reunida.
— ¿Acaso es viernes y no me he fijado? ¡Dios, llegaré tarde al instituto! —gritó mi hermana al verme sentar en mi silla de siempre.
— ¿De qué hablas Kate? —inquirí.
—Pues... estás aquí, desayunando con nosotros a las nueve de la mañana.
— ¿Y eso es raro?
—Considerando que siempre despiertas para el almuerzo, si... Muy raro —contestó Alex.
Reímos y esquivé el tema, no quería explicar que hoy tenía una cita y quería hacer mil cosas antes de ello, Alex nos informó que traería a su familia a casa después de haber hablado con los trabajadores de aquí para que mantuvieran silencio ante mis padres. Kate decidió que hoy sería el día de decirle a Alex acerca de su relación con su mejor amigo.
Vaya día...
Me vestí con una ropa cómoda para hacer compras, le escribí a Yuko para que me acompañara quien sin lugar a dudas aceptó encantadísima.
Bryden me dejó al pie de un centro comercial, el más grande de la ciudad, así no tenía que ir de un lugar a otro, creo que aquí encontraré todo lo necesario. Yuko me esperaba en una de las cafeterías que se encontraban ahí y corrió a mí con su café de SunBucks en las manos.
—Hola, niña de cabello azul.
—Hola, niña de cabello negro.
— ¿Lista?
—Emocionada.
Y así nos adentramos en el lugar con la maravillas de tiendas por recorrer. Después de haber comprado tres vestidos, dos pares de zapatos, accesorios y maquillaje, me detuve frente a una peluquería muy reconocida por todos.
— ¿Por qué te detienes?
—Creo que necesito un ligero cambio —sonreí.
— ¿Qué piensas hacerte? —me miró aterrada.
Entré sin responder su pregunta y ella sólo se digno a seguir mis pasos, un caballero del servicio tomó mis compras y las guardó para mi mejor comodidad. Me miré en uno de los espejos más grandes del lugar que se encontraba ante mí tratando de meditar la situación.
— ¡Querida! —exclamó mi viejo amigo, Guns.
— ¡Querido! —respondí igual de emocionada y corrí a abrazarlo.
—No puedo creer que estés aquí de nuevo, creí que jamás volvería a verte después de lo ocurrido.
—Creo que me perdí un capítulo de este libro —comentó confundida Yuko.
Hice las respectivas presentaciones y le expliqué aquello que hablábamos.
—El día que Guns hice esto conmigo —señalé mis puntas azules— fue el mismo día que mamá terminó toda relación con esta peluquería.
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Infiltrada [EN EDICIÓN]
Novela Juvenil¿Quién en su patética vida no ha jugado Verdad o Reto? ¿Quién en su miserable vida no se ha arrepentido de elegir reto? ¿Quién en su estúpida, asquerosa y cruel vida no le dieron en el clavo a la hora de dictar el reto? Pues a mi, Caroline Manson, s...