Epílogo

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"Mirar sus ojos era como escuchar la mentira más hermosa que se pudiera oír, sabes que te duele, pero te mantiene bien por un momento. Besar sus finos y suaves labios era como sentirte en la luna, o en el lugar más alto en el que allás estado, pero simplemente en su boca. Mis pensamientos no podían proyectar algo concreto en ese instante, en realidad, cuándo estaba con él jamás. Era la persona que había cambiado mí mundo, es como la persona que sabes que amas, pero también sabes que te hace mal amar. Todos dicen que el primer amor nunca se olvida, pero yo creo más que el segundo amor no se olvida, no le daría méritos a la primera persona que te hizo sufrir, le daría méritos a la que te hizo olvidar tú primer y posible más grande sufrimiento. Extrañaba cada parte de él, así como me encantaba cada parte de él, mierda, hasta me enamoré de las letras de su nombre por así decirlo. Tal vez lo nuestro era algo como esas historias profundas y que todos aman y les gustaría tener, hasta que se llega al final, y eso lo arruina todo. Podría pasar todo lo que le queda de vida escribiendo cada momento en el que me sentí feliz con él. Cuando encuentras felicidad nada más importa, y no lo sabía hasta que lo conocí. No sabía nada de amor, no y él tampoco. Sólo éramos 2 extraños con una cosa en común. Estar en esas situación es lo peor que puede vivir un ser humano, es cuándo sabes que te enamoraste a tal punto, que podrías estar con el hombre perfecto, que te quiera, te entienda, te cuide, te respete, tenga todo para ti, pero no pasarías ni un segundo de tú vida pensando que sólo lo amas a él y ni la persona más buena y perfecta de este mundo puede cambiarlo. Quería escuchar su voz, sólo una vez más para recordar los mejores momentos de mí vida. Recordaba cada parte de él, incluso la que se fue de mí cuándo lo conocí"...

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