❄La Matrioska❄

100 13 7
                                    


Niall revisaba con mucha curiosidad la muñeca que le había entregado la princesa hace varios días atrás.

Era una muñeca tradicional rusa, una matrioska de color rojo. Esta muñeca tenía la particularidad de albergar dentro de sí otra muñeca más pequeña idéntica que encajaba perfectamente dentro de otra y así sucesivamente hasta que solo quedaba una pequeña.

—No sabía que te gustaban las muñecas, —comentó Harry, observando con curiosidad la matrioska.

Niall hacía rodar la muñeca entre sus manos y cuando Harry intentó quitársela, se llevó un fuerte manotazo de advertencia de parte del rubio.

—No la toques, ¡es mía! —Amenazó con un ceño y una boca fruncidos.

—Pero solo quiero ver. —Se quejó el castaño frotándose la mano donde había recibido el golpe. Realmente Niall sabía cómo mantener a los curiosos alejado de sus objetos personales.

—¿Te refieres a la muñeca de madera o a la otra muñeca? —Preguntó Harry, moviendo las cejas de arriba abajo.

Niall solo lo miró con seriedad y después enfocó su atención en la muñeca.

—Discúlpame, pero no es divertido quedarme solo mientras tú te diviertes con un ser espectral. —Soltó, sin notar que lo último que dijo podría haber resultado un poco ofensivo.

El rubio suspiró, estaba cansado de escuchar que la princesa era solo un ser sobrenatural que terminaría chupándole la sangre, o convirtiéndolo en otro ser paranormal. Por todo lo que había experimentado hasta ahora, ella era casi como cualquier ser humano. Y decía casi, porque ella siempre tenía mucha cortesía al hablar con él.

—Ella es normal. —Bufó irritado, apretando los puños. Si Harry se atrevía a pronunciar algo ofensivo de nuevo el siguiente manotazo iría directo a su mejilla.

—Niall, ella está muerta. —Susurró, para que los demás clientes del bar no lo escucharán.

—¡Ya basta Harry! ¡Estoy cansado de toda esta mierda paranormal! ¡Déjame en paz! —Niall golpeó su puño contra la barra, ajustó su abrigo, sus botas, sus orejeras y su bufanda antes de salir a la intemperie en medio de la noche.

Para ser las siete de la noche se sentía una oscuridad muy densa en la noche. Como si fuera media noche.

Con pasos lentos, que se hundían en la gruesa capa de nieve el rubio se dirigía a su hotel. Donde al menos podría descansar de todas esas leyendas urbanas que se contaban de la princesa.

Mi buen señor hay algo que quisiera entregarle. Dijo la princesa, extendiendo sus brazos. Entre sus manos, estaba un brillante objeto rojo que era de tamaño mediano y tenía diferentes figuras pintadas en él.

Niall se acercó y levantó el objeto que se asemejaba a un cilindro. Al observarlo con más detalle se dio cuenta de que se trataba de una matrioska.

Las matrioskas son muñecas rusas tradicionales, que se regalan como souvenirs.

Gracias. Respondió con una reverencia por el gesto de la princesa.

Ella sonrió, sin embargo su sonrisa al igual que su corazón no era plena. Era vana y vacía.

Como todo lo que ella hacía para poder lograr su objetivo.

Esa muñeca le perteneció a mi difunta madre, la reina. Informó ella con una expresión triste¸ a pesar de que no recordaba nada sobre su querida madre. Su tristeza se incrementaba cuando hablaba de ella—. Es un símbolo de fertilidad y maternidad, para que el reino se mantenga próspero e imperecedero ante el tiempo. El hecho de que las muñecas pequeñas vayan dentro de otras más grandes, simbolizan la acción de que una madre da a luz a una hija, esa hija da a luz a otra hija y este hecho se repite infinitamente en el tiempo. Explicó ella.

Vaya, fue lo único que pronunció Niall. No sabía que más decir después de haber escuchado semejante explicación.

Mi reino pereció. Por mi culpa, mía y la de mi prometido que falleció antes de que contrajéramos nupcias. Admitió, con un destello de ira en su mirada. Recordar al traidor del príncipe siempre sería un recuerdo que la torturaría en esta vida y en la siguiente.

Su corazón fue partido en mil trozos cuando la descubrió con una de sus doncellas. Sintió un placer enorme al matar a quienes se atrevieron a traicionar su confianza y no se arrepentía de nada.

Cuando Niall levantó la vista después de revisar la muñeca, se dio cuenta que la princesa había desaparecido.

***

Faltaban pocos metros para que el rubio pudiera degustar de una caliente taza de té. Durante estos últimos días, se había vuelto una costumbre conversar con Harry todas las noches mientras compartían una humeante taza de té.

Sin embargo el té tendría que esperar un poco, porque desde las sombras era observado por una vieja, a quien le brillaban los dientes. Esos dientes de metal.

Niall trató de sacar un pedazo de papel para su nariz, porque necesitaba ser limpiada. Pero al sacar el pañuelo desechable, la matrioska salió rodando en dirección a las sombras. Ni siquiera la luz de los faroles de la ciudad alumbraba esa parte.

Después de sonarse la nariz, con pasos pesados se dirigió a buscar a esa dichosa muñeca. Que tenía un significado muy especial para él, sería un lindo recuerdo cuando se marchara de Rusia.

Pero la bruja usando a la oscuridad como aliada, aprovechó ese corto lapso de tiempo para colocar un hechizo en la matrioska.


Siempre tardo una ETERNIDAD en actualizar (no me maten, por favor) es solo que a veces la mente se me bloquea por completo.

A veces Harry se pasa de malo con la rubia, él está enamorado y el insulta su futura ¿novia?

Les hago una pregunta: ¿se puede conquistar a alguien que no tiene corazón? (por si no recuerdan la princesa esta descorazonada, literalmente.)

¡MUCHAS GRACIAS POR SER TAN PACIENTES CONMIGO!

PD: Estúpida bruja T.T

PD2: Quizá no lo saben, pero hace un par de meses empecé a trabajar c: 

PD3: ¿a quién le debo dedicatoria?

Dedicado a: CamrenShipper87 :D

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 13, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ice Princess ❄ | Diall HovatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora