Cuando el cielo se caiga. {One shot} Kookv.

Cuando el cielo se caiga. {parte 2}

"...¿Puedo abrazarte mientras te quedas dormido, cuando el mundo se esté terminando y no puedas respirar? ¿Puedo quererte? ¿Puedo ser tu escudo?..."

*

-¡Pero no te conozco! ¿¡Cómo se que no estás llevándome a adentrarme en una trata de personas!?

Jungkook rodó los ojos por incontable vez en el día, y continuó corriendo bajo el abrasador sol, sosteniendo firmemente la muñeca del chico protestante.

-¿¡Cómo rayos voy a estar llevándote a una trata de personas si sólo tenemos dos jodidos días de vida!?

Bramó en contestación, y Taehyung inmediatamente cierra la boca pensando que ese era un buen punto. Jungkook viró a observarlo y le sonríe socarronamente.

-¿Qué sucede? ¿El chico listo con respuesta a todo ha quedado sin habla?-

-¡Ya!- Chilló el castaño con la vergüenza convirtiendo rojo a su rostro, y Jungkook ríe de su aniñada reacción.

Al momento en que arribaron al departamento del pelinegro ambos lucían como si se hubiesen sumergido en el océano. Escurrían tanto sudor que Jungkook no quería siquiera mirarse porque se vomitaría encima. Volvió a maldecir al verano sofocante de ese año una vez más. ¿Por qué de una buena vez no llovía fuego y ya todos morían quemados? Sería menos asqueroso, pensó, y ríe de sus propios alocados pensamientos.

Lo primero que hizo al poner un pie en su living fue deshacerse de su ropa transpirada y arrojarla al suelo.

-¡No hagas eso! ¡A-aún estoy aquí, por si no te habías dado cuenta!-

Exclamó Taehyung con exaltación, ni bien sus ojos captaron el torso desnudo de Jungkook por detrás. Instintivamente, se cubrió los ojos con sus manos. Un hombre desnudo no era algo que le apeteciese ver. Al menos no en esos momentos.

-Oh no seas escandaloso, somos los dos hombres, no tengo nada en mi cuerpo que tú no tengas en el tuyo. A menos de que seas una especie de mutante y tengas tres tentáculos allí abajo. -

-¡Ponte algo!-

Volvió a chillar el castaño, aún tapando con firmeza sus ojos, y Jungkook volvió a virar sus orbes. Se preguntó cuántos años tendría el chico. No parecía muy mayor que él, quizás tenía su misma edad, pero si era a juzgar por su comportamiento él deduciría que apenas pasaría los diez años. 

-Bien, de acuerdo, dramático...ya estoy tapado, puedes descubrir tus ojos.-

Taehyung lentamente desliza las manos de su cara, sólo para volver a cubrir sus ojos inmediatamente cuando vio a Jungkook sólo en sus bóxers y con sus manos en la cintura, pintando una expresión divertida en su semblante. 

-¡¡¡JUNGKOOK!!!.-

Gritó abochornado, y el mencionado se carcajeó satisfecho mientras hacía su camino al cuarto de baño.

-Ya, ya...no te creí tan chillón. Iré a bañarme, si quieres puedes tomar algo de mi ropa para hacerlo tú también luego.-

La voz del pelinegro se perdió dentro del sanitario, y Taehyung volvió a descubrir sus ojos con lentitud, para corroborar que ésta vez realmente se había retirado, y no le estaba jugando bromas pesadas. Notoriamente, Jungkook se había ido a bañar. Entonces el castaño quedó sólo en el living del departamento, permitiéndose pasear su mirada grande y curiosa por toda la decoración que lo envolvía. Era exquisita. Jungkook tenía muy buen gusto. Había un balcón, el cual se hacía notar a través de una puerta corrediza de cristal. Taehyung caminó hacía ésta y la abrió para dejar entrar un poco de brisa, y también para poder salir a apreciar la vista. El balcón era pequeño pero poseedor de un ameno paisaje. Había un mini tendedero con algunas prendas colgando de él. Había una pelota de fútbol, una escoba y una pala de plástico, y un girasol magistral en una maceta de botellas recicladas. Taehyung esbozó una sonrisa a sí mismo al recordar cómo Jungkook lo había mencionado con anterioridad.