#15 Deshielo

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Las agujas del reloj marcaban una constante sensación de agobio, el tic-tac de sus manijas era lo único que se oía en la tensa sala de estar, y con la pequeña gata echa una bola sobre sus piernas, mordía sus uñas de las manos con nerviosismo. Había estado esperando a Levi desde hace varias horas y aún no tenía respuestas de su parte, no sabía si seguiría en la ceremonia, o si habría ido a otra parte, ignoraba por completo su paradero, ni siquiera sabía si estaría bien o no.

Estaba preocupada, ¿cómo no estarlo?

Inconscientemente el cerebro de ____ buscó entre sus memorias un recuerdo que le revolvió el estómago, la sensación era parecida a la que sintió en aquel instante y -aunque se empeñó en no sacar conclusiones y no tener pensamientos negativos- desgraciadamente era muy posible. La primera pareja "estable" que había tenido no había sido precisamente una buena opción, las malas decisiones solían acecharla desde no muy lejos, y esta persona había terminado engañándola, traicionando su confianza con una compañera de trabajo de cabello claro y caderas anchas. Aquella decepción le había dolido, mucho más de lo que había creído, sólo a duras penas y con algo de esfuerzo había logrado superarlo, pero ahora sus temores podrían volverse realidad.

<<No estamos atados a nadie>>

Bien podría ser cierto, aún así, el perder a alguien como Levi, alguien con quien había estado tanto tiempo y a quien amaba con su corazón le destrozaba, el alma.

Con ese pensamiento a flor de piel, su atención se fijó a la puerta del apartamento que acababa de ser abierta.

-Estoy en casa... - lo escuchó susurrar.

Levi había entrado con la cabeza gacha y, mientras dejaba las llaves sobre el mostrador, dio un par de pasos hasta encontrar a ____ frente a él. Se había levantado de donde estaba esperando sentada e ido directamente hacia él, pasó una hora pensando en cómo le preguntaría todas esas dudas que abrumaban su mente, pero una vez vio el estado en que se encontraba, su mente se volvió blanca.

-¿Q... qué te pasó, Levi? - dijo con una voz suave, pero claramente preocupada. Acunando las mejillas del mayor en sus manos, intentó buscar y hallar su mirada, pero ésta estaba perdida en la nada.

Su corazón se estrujó al observar que él no atendía a sus peticiones, y no porque no pudiera, sino porque no quería, la estaba evitando.

Levi se mostraba inusualmente débil, tan frágil que si se tomaba con fuerza podría quebrarse en sus manos, la desolación de su alma se reflejaba en su postura y en sus ojos cristalinos. ____ no sabía qué hacer ni qué decir, pero no seguirían allí de pie en silencio, tomó sus manos y lo arrastró consigo al sofá de la sala, donde frente a frente y sosteniéndolo aún sin soltar sus manos, intentó nuevamente conseguir alguna respuesta.

-Dios santo, Levi... ¿Qué te pasó? ¿quieres que te lleve a un hospital? - Ella observaba angustiada el estado físico en el que se hallaba, el borde debajo de su ojo empezaba a tener un color violáceo, mientras que el resto de la mejilla estaba roja y levemente inflamada, su labio roto había dejado de sangrar hace mucho, pero su barbilla aún tenía pruebas del sangrado; su cuerpo también se notaba lastimado, pues al sentarse lo hizo de lado y cuidando de sus costillas que debían estar astilladas.

-No, no hace falta - dijo por fin.

Para ____ fue un gran alivio escucharlo, su voz estaba ronca y tenía un tono bajo, aunque en el fondo sabía que Levi Ackerman jamás pediría ser llevado a un hospital a tratar algo que para el no era más que una estupidez.
Entonces fue el turno de ella de bajar la cabeza, buscando fuerzas dentro de si para afrontar lo que tenía frente a sus ojos.

-¿No me vas a decir? - dijo sin mirarlo, cómo una madre que espera paciente, firme y severa la confesión del hijo sobre el culpable del jarrón roto, y preparada para dictar sentencia en caso de que se niegue una vez más.

Levi se mantuvo en silencio un buen rato, cabizbajo meditaba las palabras qué le diría, pero prefería no hacerlo. Tal vez, el no contarle nada le permitiría continuar con su sueño, con esa ilusión de vida perfecta donde podría estar a su lado por la eternidad, donde la realidad no sería mas que un espejismo de la oscuridad que lo acompaña. Al mismo tiempo, sin embargo, el decirle sería sacrificar lo bello que había creado con tanta dedicación.

Se volvería un sueño a base de mentiras.

Estaba contra la espada y la pared. ¿Debería ser él entonces, quien empuñe el arma y la apunte a sí mismo?

-Cuando iba camino a la estación del metro para regresar... - ambos intercambiaron miradas, ella que esperaba expectante y él para terminar de enfrentar la realidad, entonces volvió a bajarla - gente que tenía que saldar cuentas me atacaron.

-¿... Saldar cuentas?

-Con El... con Kenny.

-¿Cuántos? - preguntó boquiabierta y con la piel de gallina, hizo énfasis en la cantidad de los atacantes, ya suponía que habían sido varios.

-Cinco - respondió a secas.

La sangre se le heló a la vez que un escalofrío recorrió su espalda, imaginar a cinco hombres golpear a Levi sin piedad le rompía el corazón.

-¿Qué te hicieron? Pero ¿por qué?

Levi no respondería esa pregunta, ya había tomado una decisión. En el fondo odiaría tener que decirle que por su culpa su vida corría peligro, que a su lado no estaba a salvo ni ella ni el bebé, y se odiaría más a sí mismo si ____ le llegase a dejar. Sin embargo, prefería protegerlos a toda costa, así eso signifique salir de sus vidas y permitirles empezar de nuevo.

Los ojos dolidos y brillosos del profesor se humedecieron, un sufrimiento más grande apareció en su pobre y maltratado corazón, la idea de quedarse solo, de ser abandonado nuevamente le ardía en el pecho y se convertía en penoso desconsuelo. Definitivamente, su nombre estaba maldito desde hace mucho antes de nacer.

"Quedate, por favor"

"No te vayas"

"Te lo pido"

-No podemos seguir juntos.

Durante un día de Invierno ~SnK~ LevixReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora