Orgullo vs Orgullo [Kaisoo]

Capítulo 24

-¿Yeol se ha encojado con Taemin?

Estábamos de vuelta en casa después de una hora, casi dos, ahí metidos riéndonos y haciendo el Simio.

-Sí, algo así. Está enfadado consigo mismo también. –Respondió Jongin acomodándose en el asiento del autobús.

Parecía cansado por lo que le presté mi hombro para que se recostara e intentara relajarse.

-¿Me contarás?

-Solo si prometes que no se lo contarás a nadie y guardarás este secreto mejor que yo.

De repente, el asunto se puso serio e interesante.

-¡Lo prometo!

-A Chanyeol le gusta Baekhyun.

¡Ahora todo tiene sentido! ¡Claro! ¿Cómo no lo vi antes? Porque eres estúpido, Kyungsoo. Ah... es verdad. ¿Y el idiota de Baekkie prefiere meterse con Taemin? No sé dónde tiene los gustos mi amigo pero en lo único que supo elegir fue en amor imposible. Minseok por lo menos es guapo... Taemin es un Simio, pero de los tontos.

-Oye, negro...

Jongin volvió a concentrarse en mí y en las expresiones de mi rostro, acariciándome levemente la mejilla izquierda.

-¿Somos novios?

De todas las preguntas tontas que hay en el mundo, la mía, entraba en el Top10 ocupando el segundo lugar. Seguro que en un futuro diría algo que sería digno como number one en esa lista.

Jongin volvió a quedarse serio durante más tiempo del normal por lo que me comencé a preocupar. La he cagado, ¿verdad?

-Son las cuatro... Aún puedo tenerte secuestrado un poco más. Hagamos algo.

¿Ha ignorado mi pregunta? Auch, de pronto algo me hizo daño en el orgullo. Me había ignorado.

-Supongo que sí. ¿Qué haremos?

-¡Sorpresa!

No pude evitar sonreír por la inusual y tan usual cambio de ánimo de Jongin. Volvía a ser el chico no serio.

No nos bajamos en la parada para ir a nuestra casa, nos la pasamos y ya comenzaba a preocuparme sobre donde me iba a llevar.

-Oye, Jongin...

-Shhh. Ya llegamos.

El autobús iba llenándose poco a poco y no tardé mucho en darme cuenta de que íbamos al centro comercial. ¿Ese era el gran misterio? Soy tan rápido.

-¿Qué hacemos primero? –Me preguntó entusiasmado, una vez dentro.

-Eres tú quien me trae aquí. ¿No deberías tú guiarme?

-¡Tienes razón! Vamos a la planta de arriba a jugar.

Tomó mi mano y comenzó a correr hacia las escaleras mecánicas como si alguien nos siguiera. No hacía falta correr, las escaleras te desplazaban... ay... ¿por qué era tan enérgico el negro? Será difícil acostumbrarme a su ritmo. La sala de juegos no estaba tan llena como esperaba, solo habían un par de grupos de Simios salvajes jugando como los monos que son, no rompían los aparatos esos... de milagro.

-¿Qué te apuestas a que te gano encestando? –Me retó Jongin apuntando el juego en concretó.

Solía competir con Minseok cuando éramos pequeños, él me ganaba siempre porque él ya sabía coordinar brazos y piernas. Yo aún era un renacuajo que apenas si sabía mantenerse de pie.

-Me compras de comer si te gano. –Le dije confiado de mí mismo.

Puse una moneda para que comenzara la partida, sin evitar recordar la primera y última vez que jugamos al baloncesto.