Quedate cerca de mi

La eterna oscuridad

Después de dormir un poco retomamos la carreta cuando el sol se encontraba aun oculto, Inary que no lograba mantenerse despierto tarareaba la canción que reproducía una desconocida estación del radio, la carretera desolada parecía conducirnos al fin del mundo. Pasamos noches frías y días nublados acompañados de un sinfín de éxitos de la década en la frecuencia que sintonizábamos, algunas veces nos ahogábamos en risas, otras más compartimos historias del pasado, también había sido la primera vez en mi vida que había llorado frente a una persona después de hablar sobre mis pesados remordimientos; Inary escuchaba tranquilamente y seguido de eso me acariciaba el hombro o la cabeza diciendo: "Tranquilo, ahora toda esta mejor", mi corazón desaceleraba y un calor reconfortaba todos mis sentidos. Fue magnifico nuestro viaje, probamos distintas comidas, conocimos nuevos paisajes y aprendí lo gratificante que era tener su compañía al punto de pensar que probablemente lo mejor era correr sin rumbo lejos de todo lo que nos rodeaba, de la mano riendo juntos, llorando juntos, gozando al mundo juntos.

Faltaban unas pocas horas para que llegáramos al destino que habíamos ignorado durante todo el viaje, no me era agradable pensar en que el tuviera que realizar un acto tan deplorable como los que yo acostumbraba a hacer, tampoco había tocado ni una sola vez los papeles que el señor Colosio me entrego. La soledad que yo había sentido durante tanto años gracias a mi trabajo era una de los más crueles castigos que le podían otorgar a un alma tan resplandeciente como la de Inary, no soportaba esa idea y me llenaba de rabia el solo pensarlo, pero... ¿Cómo podía ayudar a Inary? ¿De qué forma podía evitar que se convirtiera en un asesino despiadado y que permaneciera pura e intacta su alma llena de alegría?

Todas estas preguntas obtuvieron una sola conclusión devastadora... "Salva a Inary a costa de todo", mi convicción quedo expuesta a enfrentar probablemente uno de los peores retos en mi vida así, lleno de temores y con mis pensamientos aun nublados, le pregunte a Inary lo que me atormentaba.

-Inary, perdona por ser tan directo pero...- trague saliva dolorosamente -¿A qué clase de persona asesinaras?-

-Hasta que me lo preguntas- suspiro volteando hacia la ventana -Asesinare a mi prometida- la sangre se me helo -Bueno, nuestro compromiso no es aun oficial, sin embargo, el día de mañana esa situación tendría que cambiar... o eso se suponía-

-¿Mañana?-

-Si, mañana se llevara a cabo una reunión en la mansión principal del Don junto con su familia-

-¡El Don?!, ¿Tu prometida es familiar del Don?- es cierto que yo conocía que nos enfrentaríamos a uno de los grandes jefes, pero jamás pensé que tal despiadado asesino seria nuestro objetivo

-Sí, aunque ella no es cualquier familiar, si no su hija menor- una leve sonrisa se reflejó en el cristal del coche -¿Sabes?, es una mujer increíblemente hermosa e inteligente, la consentida de toda la familia sin excepción, aun no entiendo que es lo que yo podría darle-

-¡No digas eso! Tu vales más de lo que te imaginas chico- el no respondió

-Habrá una fiesta en la mansión...-

-¿Una fiesta en esta época del año? ¿Qué tan especial puede ser para que toda la familia del Don se reúna?... No me lo imagino-

-Podría decirse que el gran motivo aquí es mi gran especialidad de equivocarme en lo que hago-

-¿Qué?-

-Mañana ella anunciara nuestro compromiso como ya te lo había dicho pero aunque este parezca ser el motivo principal, no lo es, la verdadera razón del porque todos se reunirán y celebraran es porque ella está esperando un hijo... mío- un fuerte dolor en mi pecho me aprisiono y sentí como las lágrimas tocaron el borde de mis parpados hasta desmoronarse una por una lentamente -Que pésimo soy- rio desconsolado mientras que yo sin que se diera cuenta trate de parar mi llanto -¿Verdad que si Kaoru?- su expresión quedo pasmada en el segundo en que vio mis lágrimas recorrían una tras otra las mejillas rojizas de este rostro -Kao...ru-