Quise a ese chico como a nadie. Adoraba todo de él: sus ojos, su pelo, su risa a carcajadas, su forma de ser... Ese chico con el que había soñado tantas veces y al que ahora había besado, aunque no me acordaba. Ese chico conocido como Harry Styles.
Y.... ¿cómo se supone que me tengo que quedar yo después de ver esto? Había recordado como llegaba a la discoteca y que conocía a Harry pero no tenía ningún recuerdo de que nos hubiésemos besado, pero esas fotos demostraban lo contrario y sabía al 100% que era yo la de las fotos. Me imagino que él tampoco se acordará de esto ¿y si lo hace? ¡Bah! ¡que más da! no puede localizarme de ninguna manera.
Mañana empieza una nueva semana y yo seguiré con mi nueva vida de universitaria y rezaré para que ninguna fan loca me reconozca por la calle porque ha visto las fotos de la revista. Aunque hoy en día, con todas las redes sociales que hay, me da a mí que esto va a ser el boom, sobretodo el twitter.
Supongo que tendré que añadirlo como una experiencia más a mis salidas nocturnas en Londres. ¡A saber que me pasa en la próxima!, sea lo que sea espero poder recordarlo.
De momento me estaba gustando esto de ir a la Universidad y no vivir con mis padres, poder hacer lo que me apetezca.
Por la tarde decidí ir a la biblioteca para poder buscar información sobre un trabajo que tengo que hacer y de paso, estudiar un poco. Sé que aún acabamos de empezar pero voy a intentar llevar las cosas al día para sacar buenas notas.
La biblioteca era enorme, estuve más de media hora intentado buscar el libro que necesitaba. Al encontrarlo me fui a sentar un poco alejada porque a mí me gusta estudiar en voz alta. Muy alto no podía hablar porque estaba en una biblioteca, pero algo es algo.
Me senté y saqué unas hojas en blanco de mi bolso para tomar apuntes. Al acabar de copiar me puse a estudiar.
De repente vi que un chico se sentaba en frente mía, tenía el pelo castaño y su piel era muy blanca. Me miró durante un par de segundos y pude ver sus ojos verdes. Era un chico guapo, parecía más o menos de mi edad.
Con él allí enfrente no podía estudiar en voz alta como estaba haciendo hasta ahora, así que decidí cambiarme de sitio. Me fui al otro lado de la biblioteca donde aún había más mesas. Él no podía verme, no quería que pensara que me estaba escapando de él. Me sumergí en el mundo del derecho y me volví a concentrar.
Ya eran las siete, me iba a marchar ya. Guardé todo y me levanté en silencio.
- Creo que no muerdo- escuché una voz detrás de mí. Era él, aquel chico de ojos verdes y pelo castaño.
- ¿Perdón?- fruncí el ceño, mientras me colocaba el bolso en el hombro izquierdo.
- Te cambiaste de sitio justo cuando yo llegué- él seguía mirándome.
- ¡Ah! lo siento si me has malinterpretado pero es que me puse allí sola porque estudio en voz alta y cuando llegaste tú ya no podía. No era por ti- intenté explicarme y que le pareciese creible, porque en realidad lo era.
- Esta bien, por cierto, soy Ryan- se presentó.
- Yo soy ___- puse una sonrisita.
- ¿Estudias derecho?- señaló mi libro.
- Sí- asentí.
- ¿En serio? yo también, es mi segundo año- sonrió.
- Yo estoy en primero- así que era un año mayor que yo.
- Menuda coincidencia ¿conoces a alguien?- me preguntó con mucho interés.
- La verdad es que no, soy nueva en la ciudad y....
- Considerame tu nuevo amigo entonces, jajaja. Te puedo presentar gente, si quieres- dijo.
- Sí, estaría genial, gracias- sonreí.
- ¿De donde eres?- preguntó.
- Soy de Cheshire- contesté.
- ¡Uff! pues si que cambiaste de aires.
- Lo sé, es que siempre quise venir a vivir a Londres- dije.
- Yo soy de aquí y me encanta la ciudad, cualquier duda o si necesitas saber algo de algún sitio solo, dímelo- dijo amablemente.
- Pues, gracias, pero para eso necesito tu número- le miré de reojo.
- Tienes razón- sacó una BlackBerry y me pidió también el mío. Después de intercambiarnos los móviles salimos de la biblioteca. Nos despedimos con una gran sonrisa y un simple "hasta pronto".
