Júrame una vida a tu lado

                                                                                CAPÍTULO 1

Cuando sueñas y te despiertas, lo único que quieres es que ese sueño se convierta en una realidad, en tu realidad. En una vida, que sea tu vida, claro que hablo de los sueños no de las pesadillas, eso es diferente, pero cuando sueñas con algo que realmente te gusta, sientes estar viviendo ese sueño aunque solo sea por unas horas, o minutos, o tal vez segundos.

William está nadando en la piscina de su casa, y cuando se sumerge en el agua, esta agua tiene un color diferente, es azul más intenso ya que de repente se transporta al mar. Sonríe al ver la cara de una chica, y luego al sacar la cabeza fuera del agua, vuelve a estar en su piscina y lleva otro bañador, totalmente diferente al que traía cuando estaba sumergido en el agua, luego vuelve a sumergirse , con otro bañador diferente a los de antes, el color del agua vuelve a cambiar, pero esta vez es de color verde, debido a que está en un lago, y vuelve a sonreír cuando ve a su lado la cara de otra chica diferente a la anterior.

Luego, William volvió a sacar la cabeza del agua con ese mismo bañador que llevaba antes cuando sacó la cabeza, salió del agua, cogió la toalla y se secó con ella. Se sentó en una de las sillas que había alrededor de la piscina, y pensativo se dio cuenta de que a esas dos chicas ya las había soñado otras veces,  y es que eran siempre las dos, las mismas, primero una y luego la otra, siempre las dos se metían en sus sueños.

EL DÍA SIGUIENTE:

Se despertó, en su casa, no es una mansión, pero si una casa más grande de lo habitual con una piscina al aire libre y otra climatizada, con un extenso jardín, y una pista de tenis. Por dentro cinco habitaciones, dos baños, una cocina, un trastero, un comedor, y con un gran balcón que rodea toda la casa. William se arregló y bajó a la cocina donde ya estaba casi listo el desayuno, pues su criada, (con la que se lleva muy bien y tiene mucha confianza) ya se lo estaba preparando. Él muy amable habló con la criada y ella le contestó, es una relación como de madre e hijo. Cuando él acabó de desayunar, se despidió y se fue a trabajar.

Se subió a su coche, un BMW deportivo, muy moderno, negro, con los asientos de color marrón chocolate. Llegó a las oficinas donde él trabaja como vicepresidente operativo. Acababan de despedir a su secretaria, así que necesitaba una, y justo ese día era el casting para contratar a una, así que manos a la obra. William y Alejandro iban a elegir a la secretaria. Alejandro es su mano derecha en el trabajo y su mejor amigo. Se conocieron estudiando la misma carrera, y se hicieron muy amigos, y luego consiguieron trabajar en el mismo sitio compartiendo la vicepresidencia operativa.

                                                                              CAPÍTULO 2

Tras muchas chicas que iban pasando una tras otra, ninguna acababa de convencer a los dos, no se ponían de acuerdo, cuando a William le convencía, a Alejandro no, y viceversa. Después de muchas horas de agotamiento, al fin llegó una chica, Eva. Una chica dulce, simpática, moderna, tímida, cariñosa, guapa... Una chica perfecta, que además tiene una carrera muy amplia, y está sobre calificada para el puesto de secretaria. Pero aunque William quería contratarla, Alejandro se negó. 

Al poco tiempo de que William la viera se dio cuenta de que esa misma chica es con la que soñaba cada vez que dormía, y no entendió como pudo ser que una chica que aparecía en sus sueños llegó a su realidad, por esa razón es que William desde el primer momento quiso contratarla, pero a Alejandro no le convenció aquella joven simpática, y por lo tanto, no la pudo contratar. Pero William quería saber más sobre aquella chica, pero no sabía como hacerlo, pues no tenía sus datos, ni su dirección... Ni si quiera su número de teléfono. Acabaron contratando a otra chica, aunque a William no le convencía. Días más tarde, esta chica a la que contrataron renunció a su puesto, porque le habían ofrecido en otra empresa un puesto mejor, así que tenían que volver a hacer otro casting para elegir a otra secretaria. Horas antes del casting, William salió a una cafetería a tomarse un café, y allí la volvió a ver, era ella, Eva, se acercó a ella y le dijo: