Capítulo cuarenta y cuatro

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Elliot.

¿En verdad quiero someterme a algo tan grande? Mi mente da vueltas a cada segundo, Kendall está a mi lado explicándome porqué los animes son tan importantes para ella. Después de esto seré la peor persona del mundo.

—Quiero terminar. —Suelto de golpe.

Cierro los ojos esperando la bofetada de mi vida pero nunca llega.

—Creí que jamás lo dirías. —Se sienta a mi lado, —yo también quiero eso, Elliot.

La miro triste. —Es lo mejor, ken.

—Solo quiero que me contestes una cosa, —me dice seria,—¿Porqué quieres terminar?

Me quedo pensado por un rato. —Siento que esto no está funcionando.

—Elliot, esa no es la verdadera respuesta, volveré a preguntar, ¿Porque quieres terminar?

Y es ahí donde me doy cuenta que la principal razón de terminar con todo esto es simplemente una persona, Alisson Ruzzo.

—¿Es por ella?—Me mira directamente a los ojos, sé que hay una tristeza en ellos y aunque no lo puedo evitar asiento.

—Si.

Su sonrisa melancólica fue peor que esperar una cachetada, estaba haciendo trizas su corazón.

—Siempre lo supe, Elliot, por más que lo trataras de evitar cada que alguien decía su nombre tus ojos simplemente brillaban.

Vaya, no me había dado cuenta de eso nunca.

—Yo, —sonreí para mis adentro—no me había fijado de eso.

—Elliot, —me miró—¿Qué estás esperando?

Frunzo el entrecejo. —¿De que hablas?

Se ríe, —Ella debe estar esperando a que suceda algo, corre.

Fue en ese justo instante que mi mundo se detuvo y por primera vez deje de pensar en Amy y sabia que ahora mi futuro podría estar claramente escrito frente a mi. Baje de la habitación de Kendall velozmente hasta llegar a la puerta y salir a la avenida.

¿Todo estará bien después de esto?¿Ella me querrá de la misma manera que yo?¿Que pasará si me rechaza? Esas y muchas más preguntas merodean mi mente, pero en mi interior se que ella me quiere de la misma manera.

Justo cuando comienzo a correr recuerdo el primer día que la encontré en la escuela, ¿Quieren saber un secreto? topé con ella no por accidente sino porque yo quería hacerlo, se estarán preguntando porqué pero la respuesta es que yo tampoco sé porque lo hice. Aquel cabello suyo al entrar al salón me recordaba a las brujas de los cuentos de hadas. No me malinterpreten, lo que quiero decir es que Aliss no era como la típica princesa débil, ella era fuerte, bella y poderosa por esa única razón es que yo la llamo de esa manera.

Mi bruja...

Aliss.

Todo mi mundo se venía sobre mi, Evan era uno de mis más grandes amigos y al recibir esa confesión no supe más que hacer.

No paro de carcajearme, —Buen chiste, estuve apunto de caer—Le digo.

Todo el camino se mantuvo en silencio, esto era muy incómodo.

Mis ojos brillaron cuando vi a lo dejos mi pequeña casa, hasta que su voz me sobresaltó.

—Sé que no tengo oportunidad, Aliss, pero quiero que sepas que a pesar de todo siempre tendrás un hombro donde llorar.

Lo miro a los ojos y sonrío después de escuchar eso. —Eres un gran chico, —detiene el auto frente a mi casa y al hacerlo de doy un beso en la mejilla. —Encontrarás a alguien que te cambie la vida, estoy segura.

—Pero mientras aceptaré el mejor sexo que me puedan dar. —Sonríe satisfecho.

No evito carcajearme. —He ahí el Evan que yo conozco.

—Adiós, pulgosa, nos veremos otro día.

Le sonrío dulcemente, —tenlo por seguro. —Abro la puerta del auto hasta ver como se marcha dejándome sola en el patio de mi casa.

Estoy apunto de darme la vuelta para entrar a mi dulce hogar cuando unos gritos a lo lejos hacen que me detenga. Entrecierro los ojos con tal de poder ver más claramente de quién se trata.

Cuando aquella persona se acerca un poco más abro mis ojos como platos. Diviso a Elliot corriendo terriblemente rápido, ¿Qué sucedía?

—¡Aliss!

¿Todo el tramo estuvo gritando mi nombre?

Un Elliot muy acelerado se hace presente frente a mi, está muy agitado pero increíblemente no hay ni una sola gota de sudor en su excelente cuerpo.

—¿Qué suced...

Sus dulces labios saben al caramelo más delicioso que jamás haya probado, y por primera vez siento que no toco el suelo porque mágicamente estoy en cielo. Le sigo el beso dejando que el roce de su mano toque mi mejilla acercándome un poco más a él. Mi brazos están al rededor de su cuello dejándome llevar por el maravilloso momento.

¿Este es un sueño? Si lo es, por favor, alguien pellízqueme.
































xxx

Ufff, creo que este es el capítulo más intenso desde el inicio de la novela.

Besos y abrazos a todasss.

zse dezspide zsoyunallama.

¡Aléjate de mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora