El un joven común cabello corto, de contextura normal, estatura media, observaba a sus amigos con sus parejas él…tan solo imaginaba “¿qué se sentiría tener a alguien a su lado”. Un día no tan lejano en una reunión conoce una chica diferente al resto de las personas que ya conocía, en sus pensamientos rondaba “¿cómo puede existir alguien tan hermosa como ella?, a su vez observa cada palabra que brota de su bella boca rosada deseando a gritos”.
Ella se acerca presentándose:
-Mucho gusto, soy Kathie.
El atónito de lo que estaba viviendo, responde con el corazón a mil por hora:
-El gusto es mío, soy Will.
-Que nombre tan curioso, mencionó la chica ¿deseas tomar algo?
-Por supuesto, eres muy amable concretó el chico.
Con el pasar de los días ambos entablaron una bonita relación de amistad poco a poco existía un gusto mutuo el cual iba creciendo por cuestiones de la vida, el karma o quizá Dios denominadas como deberes, responsabilidades la distancia invadió tan bello lazo.
Meses más tarde recuperaron esa bella y dichosa relación la cual se tornó inmediatamente en un romance. Él preocupándose por su situación, si tenía frío brindaba su calor, si tenía hambre le brindaba su comida, si se encontraba enferma le daba sus medicamentos; ella de igual manera daba todo por él, era su vida. El día había llegado el después de mucho tiempo decidió proponerle casarse de una manera que pocos tiene el valor de hacerlo organizó todo previamente para regalarle un momento de perfección, quizá el día más feliz de su vida.
Esa noche la invitó a salir estaban en el último piso de aquel edificio, se acercaron a la orilla mirando hacia abajo nota que en velas blancas hay un mensaje si tal mensaje mencionaba “¿Quieres casarte conmigo?, Te amo”, su lagrimas brotaban por sus ojos por supuesto que no lo esperaba, ella secando sus lágrimas le dice: -por supuesto, eres el momento más lindo de mi vida. Llevando a cabo su matrimonio, ambos eran las personas más felices del mundo pero esta vida tiene sus contrastes recibes pero de esta misma manera pagas. Dos años han pasado desde su matrimonio y un día común de esos en que cualquier cosa puede pasar pero que jamás esperas…pero te equivocas no era normal, Kathie fue por sus exámenes al médico su vida cambiaría, esa maldita enfermedad llamada cáncer esa que le arrebataría sus sueños, ilusiones y sobre todos sus ganas de vivir. Will brindó su apoyo, le daría sus mejores momentos y sonrisas, contiguo a esto la noticia de un nuevo integrante en su vientre existía vida. La vida, Dios o el universo le otorgaron nueve meses para que esta nueva personita llegará al mundo. Y sí llegó el día ver nacer a su hija fue el segundo momento más feliz de su vida, la pequeña mirando a su madre sonríe al igual que ella mencionando: “te cuidaré desde donde me encuentre, jamás pasarás ningún peligro, Te amo eres la mitad de el amor de mi vida, cuida a tu papá…él es la otra mitad”, al terminar su palpitaciones empiezan a disminuir, su oxígeno se agota, su fuerza se acaba pero con su último aliento besó a los amores de su vida.
Valora cada instante sin importar que tan corto sea, mañana no sabes qué destino te espera o le espera a la persona que te acompaña, buenas noches.
