Sören Sörensen

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CAPITULO 9 

Desde su fundación en 1876 por el magnate de la cerveza, J.C. Jacobsen, el Carlsberg Laboratory (de la cervecería con el mismo nombre) en Copenhagen ha sido un centro de descubrimientos bioquímicos. Para el siglo XX, sus científicos habían sintetizado varios aminoácidos esenciales para la salud humano y analizado la química de las proteínas. Exactamente hace 101 años, Søren Sørensen, director de química en Carlsberg, creó una herramienta vital de diagnóstico para medir acidez, progresando en la detección de desórdenes digestivos, respiratorios y metabólicos.

El invento de Sørensen fue la escala de pH. El término pH (del latín Pondus Hydrogenii que significa potencial de hidrógeno) dio utilidad a los descubrimientos del siglo XIX de que los ácidos liberan iones H+ en solución acuosa, mientras de los compuestos alcalinos se combinan con los iones H+ en solución acuosa. Para 1890, el químico Wilhelm Ostwald ya había inventado un equipo de conductividad eléctrica para medir la cantidad de iones H+ en una solución; pero Sørensen logró expresar esas mediciones en una elegante fórmula y colocar los resultados en una escala. Las soluciones que analizó recibían valores de pH de 0 (las más ácidas) a 14 (las más alcalinas).

Sørensen observó que las enzimas que aceleraban reacciones bioquímicas trabajaban adecuadamente en ambientes con cierto pH y pobremente en ambientes con otro pH. Por ejemplo, la pepsina (compuesto en los jugos gástricos) es compatible con ácidos, pero la lipasa (encontrada en el páncreas) requiere alcalinidad. La sangre humana oscila en valores de pH de 7.35 a 7.45 (punto neutro de la escala). Niveles mayores o menores que el pH sanguíneo ayuda a diagnosticar problemas metabólicos y respiratorios. Laacidez indica problemas pulmonares o en riñones. La alcalinidad puede significar deshidratación o problemas en el hígado. Hoy en día, la medición del pH se ha convertido en una rutina en el análisis sanguíneo para detectar inclusive diabetes e infecciones urinarias.

A pesar de que Sørensen ganó una gran cantidad de premios por su trabajo, el Premio Nobel lo ignoró. Quizá encontró alivio en la cerveza producida en Carlsberg, pues se reporta que era un hábil catador. 

los hombres detrás de la químicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora