Capítulo 12. (¿Qué?)

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-¡Hey despierta!
- ¿Estará muerto?

Murmuraban en silencio y reían, de repente escuchaba gritos, ¡Despierta!

Al abrir los ojos una enorme luz incandescente hizo que mi pupila se contrajera, y me causará un enorme zumbido en mi cabeza, Chris me ofrecía algo de comer, me paré al fin y note que ya se habían ido casi todos, sólo quedábamos unos cuantos de mi salón. Tenía un cansancio enorme y empecé a comer un sándwich hasta que alguien me nombró, volteé a ver quien era, era esa tia Denisse, no me molaba nada... así que sólo la mire y volví a mi sandwich.

- ¡Uy que genio! Hola...
- Hola
- Oye... ¿Puedo hablar contigo a solas?
- Estamos a solas. Me irritaba y no quería hablar con ella, cuando me la llegaba a topar, escuchaba de lo que hablaba con Jocelin, siempre criticando a otras mujeres, y llegó a reírse de Val, lo cual no me gustó para nada.
- Me refiero a literalmente solos.
- ¿Qué quieres? Dije algo gruñón.
- Bueno...tú y Val ya no están juntos, y entiendo que te sientas mal y sólo quizá... y nunca creí ver, lo que vi ayer..
- ¿Bueno a que vas? Dilo.
- Te vi con Leo- soltó una carcajada.

No recordaba absolutamente nada de eso, hasta que lo dijo ella,  ¿Me vio? ¿Con Leo? ¿Besándonos en el auto?

Quedé en silencio y para ser sincero estaba muy, muy asustado.

- ¡Ey! tranquilo Dan, no le diré a nadie, se arruinaría tu Popularidad, todos te dejarían de hablar, ¿Sabes? De hecho ahora que te veo, no eres para nada el Daniel que creíamos que eras... ya no andas con Val, y ahora esto... ¡Leo fue tu ruina!

Su sonrisa y todo su rostro eran malévolos, como planeando algo, o más bien ejecutando su plan, me sentía chiquito y débil, no era que me importara lo que ella pensara de mi, pero venga que tenía razón.

- No le diré a nadie con la condición de que salgas conmigo, tu no eres gay Daniel, quizá Leo te atrajo y ya, pero ahí se queda. Yo gano, tú ganas.

Solté una carcajada.

- ¿Y que se supone que ganó yo? Dile a quien quieras, no me importa.

En realidad si me importaba, pero si ella dijera algo, ¿Le creerían? Todos estabamos pedo y no sabíamos lo que hacíamos.
Se avergonzó y eso me alegró muchísimo.

- Deja de hacer el ridículo, y quiérete un poco- le dije y me fui, estaba seguro que no iba a decir nada.

Cuando llegué con mis amigos, estaban recogiendo y poniendo todo en la camioneta y me puse a ayudarles.

- Qué noche, hermanos. Dijo Andrés.
- Si, fue increíble. ¿Dónde te metiste Dan?- dijo Chris.
- Es cierto.. no te vi en varios ratos.
- Es...estaba fumando.

Los tres me miraron raro.

- Estaba con Leo, fumando en la camioneta.

- Oh, así qué eso es... dijo Guille.

Andrés y Chris se pusieron serios.

- Sólo aclaramos algo y ya..

- Si Dan no tienes que darnos explicaciones tu puedes ser amigo de quién quieras- dijo Guille.
- No, no lo creó- dijo Chris.
- Chris- dijo Andrés, intentando tranquilizar a Chris.

- ¿Disculpa?- dije.
- ¡Ese gilipollas no es tu amigo!- dijo Chris.

- Ya Chris, deja el tema vámonos a casa- dijo Guille.
- No, si tiene que decir algo que lo diga ahora- dije ya bastante frustrado del tema.
- Bro, no es contra ti, ese marica quiere algo contigo, ¿Qué no lo pillas?
- ¡No le vuelvas a decir marica!- dije enojado- Aparte yo soy el que le habla, a ti ¿En que diablos te afecta? Deja de meterte en mi vida ¿Quieres? Yo puedo ser amigo de quien quiera.
- Sólo estoy viendo por ti imbécil, pero venga ya veo que prefieres a tu maricon que conoces hace tres días que a mi, que soy tu amigo de toda la vida.
- ¡Que dejes de decirle maricon! - y sin pensármelo, le di un gran puñetazo en la cara.

En dos segundos, Andrés y Guille nos separaban o mejor dicho me detenían. Al verle la cara, su nariz sangraba demasiado, y hasta ese momento pensé y me dolió verlo así.

- Oye lo siento, tocándole el hombro.
- Estas pendejo, imbécil- dijo muy enojado, aunque, el sabía que también la había cagado, sino me lo hubiera devuelto sin pensárselo.

- Chicos, yo me voy, lo siento no estoy de humor- les dije. Tomé mis cosas, y me acerque a Chris.

-De verdad lo siento- le dije.

Iba caminando en la carretera, y de repente me pitaron.

No podía ser era el auto de Leo, sabía que si subía iba a terminar en una discusión más.

- Sube.
- No.
- Daniel, demonios ¡subete!

Cuando entre, me dijo algo y no lo podía creer, ¿Pero qué?

Mejor Juntos [COMPLETA] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora