frío en una herida caliente

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Era una de esas noches donde la lluvia no paraba, quería llegar a casa luego de un día lleno de trabajo y de horas extras, solo pensaba en descansar y nada más. No tenía coche y debido al torrente de agua que caía no pude encontrar un transporte que me llevara a casa, así que, no tuve más remedio que caminar y ver como la lluvia mojaba todo mi cuerpo.

Mientras caminaba iba tan distraído que no me había dado cuenta de que a mi lado iba uno de mis compañeros, Roberto era su nombre, una persona que solo estaba enfocada en el trabajo. Desde que entró a trabajar nunca ha hablado con nadie. Varias veces tomamos el mismo autobús pero nunca nos dirigimos la palabra.

Me sorprendo de que aquel chico esté caminando al lado mio. “Hola” le dije, no como si tuviera muchas ganas de hablar con él, sino más bien con el propósito de hacer un poco más cálida la noche en la que me estaba helando.

-Hola señor Luis, dijo él muy cortésmente, cómo está?

-Empapado, respondí con un poco de gracia. ha sido un día muy estresante y quisiera llegar casa.

Y usted qué tal?

- diría que estoy bien pero la verdad es que estoy preocupado por mi hija.

-Se ve muy joven y ya tiene familia, me sorprende un poco.

-jajajajajaja. Pues, ya ve usted, nada es lo que parece.

- Qué tiene su hija?

- hace unos meses le detectaron un problema en el corazón.

- Lo siento mucho.

Hábleme un poco de usted y de su familia.

-hace un mes entré a trabajar a la compañía, antes no era tan callado, lo que pasa es que con el problema de mi hija no he tenido la cabeza en mi sitio.

Ella es mi ángel, mi princesita y si le pasara algo moriría. Mi esposa está muy triste, hace un mes Lizzy, que por cierto así se llama, tuvo un ataque muy fuerte, pensamos que la perderíamos, pero gracias a Dios no fue así.

-me apena muchísimo su situación y lamento que una niña sufra siendo tan pequeña.

-qué me dice usted?

Tiene familia, hijos?

-Tengo una esposa a la cual amo y adoro con todo mi corazón, pero no tenemos hijos

-y que los detiene?

- hace  casi ya un año mi esposa estaba esperando un hijo. Era un mes de invierno, íbamos de camino a visitar a la familia de mi esposa, llovía intensamente y la nieve no dejaba ver la carretera. En un instante imprevisto  perdí el control del volante y el coche salió del camino y chocamos contra un árbol. Quedé un poco consciente, cuando vi que el auto se incendiaba miré a un lado buscando a mi esposa, la vi inconsciente y su cuerpo bañado en sangre. Rápidamente la saqué del coche antes de que explotara. Duró casi un mes en coma, perdimos a nuestro hijo y por causa del accidente ella no podrá concebir más hijos.

- lamento mucho su pérdida, es una historia muy trágica.

La lluvia se hacía aún más fuerte así que decidimos pararnos bajo un garaje hasta que escampara.

-Háblame un poco más de tu hija Lizzy

-Mi Lizzy tiene seis años y va de segundo en la escuela. Es una niña muy inteligente, mi esposa y yo la adoramos.

Eran ya las doce de la noche y nada de escampar, parecía una tormenta, cuando de momento cayó un rayo que produjo un apagón en toda la ciudad. Roberto y yo hablamos tanto que parecíamos amigos de la infancia, hubo momentos de tristezas y alegría.

frío en una herida calienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora